Nely
Fecha: 14/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: NenaJoven, Fuente: SexoSinTabues
... hacían con los papas. Me puso un vestidito nuevo, muy corto también y nuevas bombachas y me llevó hasta la casa. Cuando abrió la puerta, el hombre se quedó mirándome fijamente. Asintió y le dio a mi papá un montón de reales. Había muchos billetes. El jefe de mi papa tomó mi mano y entre en su casa. Fue como dijeron mis papas. El hombre me pidió que le chupara su verga, y me la metió por el culo hasta que se vino dentro. Me dejó jugar un poco con las cosas de su hija y al rato regreso con su verga de nuevo tiesa. Volví a mamarle y a cogerme por el culo, pero esta vez se vino en mi boca. Era más liquida que la de mi papa y sabia peor. No me gustó. Cuando mi papi me recogió de nuevo, acordaron que volvería más veces. Regresé a casa del tío Arturo, como él quería que le llamase, muchas más veces. Y también a las casas de algunos de sus amigos, siempre a trabajar, y siempre era lo mismo. Se colocaban frente a mí, con sus garrotes bien parados, y me ordenaban mamarles la polla. Algunas eran más grandes que otras, pero mi boca seguía siendo pequeña, y a duras penas entraba. Ellos intentaban empujarla dentro de mi boquita, pero solo entraban sus cabezotas o capullos, como les llamaban. Algunos se venían directamente en mi boca y terminaban. Otros me cogían por el culo y casi siempre se venían allí. El tío Arturo siempre repetía, y me llamaba Sonia, como su hijita y le encantaba venirse en mi cara. Yo lo odiaba, porque tenía que limpiarme mucho después. Pero yo siempre estaba ...
... desenado que llegara la noche para poder estar con mis papas y jugar con ellos. Era lo que más me gustaba en el mundo y ellos agradecían mis esfuerzos con ricas cenas y comidas. Pero todo terminó. Un día mi papá llegó muy contento a casa. Había conocido a un señor que me lo daría todo. Una casa, ropa, comida, estudios y medicinas, si las necesitaba. Pero tendría que ir a vivir con él a su casa y tardaría mucho en volver a ver a mis papas. A cambio, solo tenía que trabajar de vez en cuando, para ayudarle. El señor se presentó como Jorge. Era alto y bien vestido. También era muy guapo. Pero no tanto como mi papá. Estuvieron hablando mucho rato y al final me llamaron. Papi me pidió que me desnudara, que Jorge tenía que verme bien. Pasó su mano por todo mi cuerpo, y metió sus dedos en mis agujeritos. Después, asintió satisfecho. Mi marcharía con él. Firmó un papel con muchos ceros y se lo dio a mis papas, que se despidieron de mí. Todos lloramos, pero volveríamos a vernos. Camino de su casa, Jorge me explicó que allí había más niñas como yo, y jugaría con ellas y que viajaría mucho y aprendería muchas cosas nuevas, y a cambio, solo tenía que hacer lo mismo que yo hacía con mis papas. Esa noche, cuando llegamos a su casa, una chica joven nos recibió y me dejaron con ella. Se llamaba Bika, y Jorge me dijo que era mi guía. Me quitó mis ropas y me enjabonó a fondo en la bañera. Nunca me había dado un baño tan largo. Después me cubrieron el cuerpo con cremitas hidratantes y perfumadas y me ...