Conejita de laboratorio (y 2)
Fecha: 15/10/2020,
Categorías:
Dominación / BDSM
Fetichismo
Sexo en Grupo
Autor: baldsex59, Fuente: xHamster
... lingotes de oro de medio kilo. No cogió nada todavía, solo quería cerciorarse de que todo estaba correcto y que podía acceder a su interior. Empezaba a clarear el día cuando regresó a la cama a dormir algo. Solo le había echado unas gotas a su marido, suficiente para ayudarle con el sueño y que no despertara hasta que sonara el despertador. Durante dos noches seguidas estuvo transfiriendo fondos a sus dos cuentas secretas mediante un programa que usaba Paco, que hacia que el dinero recorriera varias veces todo el planeta hasta que se perdía. De todas maneras, si el FBI las encontraba, poco probable, nada las relacionaba con ella, y pasarían por ser dos más de las muchas de su marido.La última noche, fue especialmente dura. Paco, que se había excedido con el whisky, la estuvo follando durante más de una hora con una brutalidad especial. La ató las manos a la espalda, y mientras de frente a él, la tenía penetrada por el ano, la daba sonoras bofetadas. Aguanto feliz sabiendo que era la última vez que iba a estar con él. Solo esperaba, que cuando estuviera en la cárcel, le dieran por el culo toda su puta vida. Cuando se durmió, se vistió y entró en la habitación de seguridad. Lleno dos maletas medianas, una con el producto, y otra con dólares, diamantes, oro, las joyas y el ordenador portatil. Aun así quedo mucho en las cajas, suficiente para que lo encontrara el FBI. Después fue al despacho y borró todo rastro de los accesos a sus cuentas en el ordenador. No lo necesitaba, ...
... lo tenía todo en la cabeza. Salio de la casa y se dirigió al Grand Central Terminal, donde dejó las maletas en una consigna. A continuación se fue andando hasta la estación de Penn, y llamó desde un teléfono publico, al número de la oficina del FBI, en Federal Plaza, junto al Departamento de Justicia de Nueva York. Les dijo que había estado secuestrada varios años, pero que había podido escapar, que no sabía que hacer y que estaba en la estación. Se movilizaron rápidamente y la llevaron a sus oficinas donde les contó todo lo que quería que supieran, haciéndose un poco la tonta, como si fuera una mujer un poco simple. Un médico forense la examinó y comprobó que efectivamente tenía algo implantado bajo la piel, en la cadera.Como todos los días, el despertador sonó a las 7,30. Paco se sorprendió de no ver a Ana en la cama con él, pero pensó que habría ido al baño.—¡Vamos zorra!, ven a chupármela que es la hora.Nadie contestó, ni se oía ningún ruido. Le extrañó que la puerta del dormitorio estuviera cerrada, nunca lo estaba, y se levantó. Cuando abrió la puerta, un grupo de agentes con chalecos y casco irrumpieron empujándole e inmovilizándole contra el suelo. Allí, con varias armas apuntándole directamente a la cabeza, fue tal el pánico que sintió que se le relajo el esfínter y se cagó. Fue muy desagradable, teniendo en cuenta que estaba desnudo. Registraron concienzudamente la casa, con Ana como guía. Abrieron las cajas fuertes de la habitación de seguridad, confiscaron los ...