El inquilino
Fecha: 17/10/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: mirutalo, Fuente: SexoSinTabues
El inquilino Que las cosas no nos iban bien económicamente hablando desde que con la excusa de la crisis en mi empresa de toda la vida me despidieron, lo sabíamos mi marido y yo perfectamente. Yo había quedado en paro, y aunque el pobre se mataba a trabajar día y noche apenas alcanzábamos a llegar a final de mes. Las facturas se acumulaban y empezábamos a retrasar pagos al banco. Incluso recibimos alguna que otra carta de apremio que nos emplazaba a cancelar la deuda o nos embargaban. La verdad es que la solución que se le ocurrió a mi esposo me pareció totalmente descabellada en un principio, pero sopesándola bien, puede que tuviera su punto de razón en todo aquel sin sentido. En la casa teníamos sitio de sobra, una habitación de más que podíamos alquilar a algún huésped que nos ayudase a pagar los gastos. No encontrando mejor remedio para sufragar los pagos cotidianos, que accedí a que mi marido pusiera un anuncio en un portal de internet. Las primeras personas en apuntarse eran mayoritariamente universitarios y universitarias muy jóvenes que venían de fuera y cuyos padres buscaban principalmente de nuestra tutela para controlar a sus hijos. Los descartábamos enseguida. Ni estábamos para tutelar a nadie, ni su perfil era el más adecuado, y eso que hubo un par de chicas jóvenes y guapas a las que mi marido no le hubiera importado meter en casa, pero me negué en rotundo. Hoy me parece ridículo pero debo reconocer que me negué por celos. Para los que no me conozcan decir que ...
... me llamo Sandra, rubia de nacimiento aunque por aburrimento a veces cambio el color de mi pelo. Tengo treinta y dos años y estoy casada desde hace unos pocos con mi marido, con quien tengo un hijo al que adoro por encima de todas las cosas. Si quieres saber más sobre mí, te invito a que visites mi blog, estaré encantada de saludarte: sabrosissima. blogspot. com El caso es que fueron pasando los días y no encontrábamos a nadie que reuniese un perfil adecuado y que pudiera ayudarnos con los gastos, a pesar de que empezábamos a tener urgencia por aumentar los ingresos fuese como fuese. Por eso nos planteamos admitir en casa a un tal Miguel cuando nos llegó su propuesta. Al parecer Miguel era maestro. Tenía cincuenta y cinco años, y aunque le quedaba poco para jubilarse, nunca había logrado una plaza fija en oposiciones. Por lo que andaba de destino en destino cada año según la bolsa de puntos de magisterio de nuestra comunidad. Entre tanto ir y venir de un sitio a otro, de aquí para allá, se había divorciado. La mujer se había quedado con la casa y por eso vagaba de pensión en pensión año tras año. Por suerte los hijos le eran mayores y estaban emancipados. Más tarde en la entrevista nos confesó que no solo su ex mujer, sino que él también estaba un poco cansado de pensiones y que por eso le había llamado la atención y se había decidido por nuestra opción. La verdad es que se le veía un tipo educado, disciplinado y ordenado. Supimos que daba clases de matemáticas a chavales un ...