Mis recuerdos
Fecha: 23/10/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Me llamo Verónica, casada, 3 hijos, tengo ahora 54 años, vivo en Buenos Aires Capital. Cuando me casé tenía 20 años, mi marido y yo somos de la Provincia de La Pampa. Fuimos novios desde siempre. Cuando me pidió matrimonio fui la mujer más feliz del mundo. Me casé tan ilusionada, era tan felíz. La noche de bodas, estaba nerviosa, iba aperder mi virginidad con el hombre que adoraba. Los primeros tiempos yo quería complecer en todo a mi marido, me hacía que le chupe su pija, se acababa en mi boca, yo venciendo el asco tragaba su semen, sin importarle mi dolor, me la metía por la cola. Pero él a mi no me hacía nada más que chupar mis tetas un poco y después yo tenía que darle placer. Muchas veces yo lloraba de dolor cuando él me la metía por la cola, pero a mi marido eso lo tenía sin cuidado. Vinieron los hijos, poco a poco mi cuerpo se iba deformando, engordando, mis tetas se fueron cayendo y mi marido cada vez más lejos de mí. Él solo quería que se la chupe y venirse en mi boca, ya que según él, yo me había descuidado mucho, había engordado, que casi no le atraía. Muchas veces lo había buscado, quería que aunque sea me use, pero siempre me decía lo mismo, que no quería, que no tenía ganas. «Para lo único que te atraigo es para chupartela verdad, después no queres más nada conmigo, ya ni por la cola me la metes», le recriminaba, a lo que él me respondia con un bostezo, me daba la espalda, y se dormía. Yo no sabía que hacer, me sentía importente, pensaba que a mi edad y con mi ...
... cuerpo nadie se iba a fijar en mí y tampoco quería meterle los cuernos a mi marido, aunque yo estaba casi segura que él tenía otra. Un día como cualquier otro, me fui al supermercado, estaba haciendo las compras, cuando sin querer pasa un chico a mi lado y nos miramos, el chico de unos 35 años me sonríe y me saluda, yo por educación le respondo el saludo y seguí con lo mío, pero su sonrisa me había quedado grabada. En otro pasillo lo vuelvo a ver y otra vez me miró. Sin poder contenerme le pregunté por qué me miraba, «disculpame, no quise molestarte, pero es que sos una mujer muy atractiva», me dijo sin más, volviendo a sonreir. Yo no supe que responder, ya que me quedé fría con lo que me dijo, simplemente me sonreí y le di las gracias por lo que me dijo. Seguimos caminando juntos por los pasillos y empezamos a hablar de cualquier tonteria. Me sentía extraña, iba hablando con un chico mucho más jóven que yo, y me había dicho que le gustaba. Terminamos de hacer las compras, él me acompañó unas cuadras y nos despedimos. No sabía ni su nombre, me lo quería sacar de la cabeza, pero no podía. Como a la semana nos volvemos a ver, nos saludamos, sentí mucha alegría aunque no dije nada. Nos dijimos nuestros nombres, él se llama Facundo, y a mi me dice Vero. Hicimos las compras, cuando ibamos camino a casa, le dije si quería tomar unos mates conmigo, me sentía extraña a su lado, ese chico me atraía. Llegamos a casa y subimos en el ascensor, dejamos las bolsas en el piso y me puse a ...