1. Descubriendo el sexo juntos 2


    Fecha: 24/10/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Tras nuestra primera experiencia con el sexo oral y la masturbación mutua, los encuentros con mi hermana se fueron repitiendo con más y más frecuencia. Mientras mis amigos disfrutaban del onanismo con la ayuda de fotografías clandestinamente obtenidas, yo le pedía a mi hermana que se pusiera unas determinadas braguitas que resultaban las formas de sus nalgas bajo el uniforme del instituto. Nos hicimos unos expertos en camuflar nuestras mutuas caricias a plena luz del día. Elegíamos el lugar adecuado dentro del autobús que nos llevaba de vuelta a casa, usualmente atestado de pasajeros y perfecta coartada para estar de pie juntos y con nuestros cuerpos pegados, para rozarnos sin levantar sospechas. Yo me colocaba detrás de ella. Mi hermana apretaba su culito contra mi pene que se ponía erecto en cuestión de segundos y jugando con el vaivén del autobús al circular, sus nalgas sentían my pene crecer bajo la ropa. Descubrimos que a cierta hora podíamos sentarnos generalmente al fondo del autobús y poniendo nuestros abrigos sobre las piernas acariciando el sexo mutuamente. Todos estos juegos no hacían más que aumentar nuestra excitacion y al llegar a casa, sabiendo que disponíamos de un par de horas hasta que nuestros padres volvieran del trabajo, disfrutábamos las caricias, felaciones y cunilingus la mitad del tiempo y el resto lo dedicabamos a encubrir nuestras acciones. Al cabo de un par de meses llegamos al acuerdo tácito de ir un paso más allá e intentar una penetracion. ...
    ... Decidimos que el sexo anal sería lo más indicado. Solo necesitamos disponer del tiempo necesario y el momento oportuno para llevar a cabo nuestros planes. La oportunidad se presentó unas semanas más tarde. Mis abuelos vinieron a la capital para una revisión médica y pasaron unos días en nuestro hogar. Los acomodamos en la habitación de mi hermana. Esto permitió que compartieramos mi habitación situada en la buhardilla y por tanto lejos de oídos y miradas no deseadas. Una vez juntos en la habitación empezamos a jugar y acariciar nuestros cuerpos como de costumbre. El pijama de mi hermana era de cuerpo entero y tenía una tira de botones desde el pecho hasta justo el comienzo de la entrepierna. Al empezar con mis caricias note como los pezones y los pechos de mi hermana reaccionarán al contacto de mis manos sobre ellos cubiertos solo por la tela del pijama. Mientras los iba descubriendo lentamente un botón tras otro, mis labios empezaban a besarlos y las manos de mi hermana agarraba las sábanas con fuerza con cada beso. Al llegar al penúltimo botón, su cuerpo desnudo de cintura para arriba era una invitación a la lujuria. Sus perfectos y firmes pechos concluyendo en una rosadas aureolas que rodeaban unos pequeños pezones. Su vientre plano indicando el camino más corto hasta su clitoris. Sus manos empezaron a mover mi cabeza en dirección a su entrepierna. El resto de su pijama acompañaba mi descenso y finalmente mis labios alcanzaron su sexo. Para entonces ya había descubierto que el ...
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