Chantaje (VII): Un paso a lo prohibido
Fecha: 25/10/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: TKBDDOS, Fuente: CuentoRelatos
En una tarde de octubre a salir de la uni me encontré con un joven que repartía volantes, me ofreció uno, haciéndome platica y enalteciendo mi belleza, solo sonreía, pues en realidad poseedora de tan encantador cuerpo siempre estuve acechada por todo tipo de hombre, tome aquel volante y seguí mi camino, aquel simple papel solo lo doble y guarde en mi bolso. Al llegar casa me extrañó que todo estuviera en absoluto silencio, me dirigí a mi habitación y aquel bolso lo deje en el tocador. Minutos más tarde, recordé que traía ese volante lo saque y comencé a leer aquel papel, al ver que solicitaban edecanes para trabajo sencillo, mis ojos brillaron, aquellos recuerdos se apoderaron de mi mente, pues desde aquella vez, había pasado un año sin trabajar un año en el que mi pasado y arrepentimiento había sido sepultado; mi vista regreso al volante al parecer era promocionar los productos de algunas empresas o agencias de autos, me llamo la atención, y más por la oferta de pago era interesante, además de que lo podía alternar con sus estudios eso era lo mejor, estudiaría por las mañanas y trabajaría por las tardes.
No hubo necesidad de pensarlo dos veces tome el teléfono y llame a la oficina, aunque ya era tarde pediría informes. Recuerdo que la voz que me atendió fue de una mujer que por cierto se le había olvidado pedir su nombre y que a mí tampoco se me ocurrió preguntárselo, en fin lo cierto es que tenía que asistir a la agencia de edecanes para conocer algunos detalles y si era ...
... de mi interés podría firmar contrato.
Al siguiente día me apresure a bañarme; coloque otra muda en la mochila, rápidamente me fui a la escuela, solo veía la hora en el celular, las horas se me hicieron eternas pero por fin el timbre anunciaba la salida de clases, rápidamente salí y tome rumbo a la parada de autos, sitio donde abordaría el transporte para llegar a mi cita, antes de llegar a la parada pase a unos baños públicos a cambiarme pues no quería llegar con el uniforme así que decidí asistir a la entrevista con una minifalda color blanca, una blusa blanca de seda que se ajustaba perfectamente a la silueta de mi cuerpo, brassier blanco y medias color blanco sostenidas desde arriba con un liguero que combinaba y una tanga de seda blanca, y por supuesto zapatillas del mismo color, me veía como un verdadero angelito y eso lo comprobé desde que entre al lugar en que se llevaría a cabo la entrevista, los hombres que estaban ahí presentes me comenzaron a lanzar las miradas que a mí sinceramente me ponían nerviosa de cierto modo, no sé, si me sentía incomoda o deseada, en si me gustaban, aquellas miradas en las que solo se pueden quedar con el antojo, imaginarme tan cerca, a su alcance y no poder tenerme.
Mientras esperaba mi turno más de uno se acercó a mí para entablar plática pero mi nerviosismo por la entrevista me impidió prestarles la atención debida, cada entrevista tenía una duración de 20 a 30 minutos, y siendo yo una de las últimas en pasar realmente estaba más ...