Marcelino me da la mamada y me invita a su casa
Fecha: 26/10/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... me había gustado y me sentía feliz, aunque desconcertado—, salí despacio paso a paso por el andén, metí el billete sobre el controlador, se abrieron las pequeñas compuertas y salí al hall de la estación. Me pongo a mirar absorto, no veía al sujeto aquel, pero y escucho en mi espalda:
— ¿Dónde vas ahora?
Como un autómata, sin girarme, contesté:
— A buscar hotel y luego a realizar unas gestiones.
— Toma —me alcanza una tarjeta y me giré— no busques hotel, te invito a mi casa, no te arrepentirás. Estaré allí a partir de las 6 de la tarde.
Desaparece con prisas. Leo la tarjeta: Marcelino Fernandez Alonso. Administrador de fincas. Calle La Sagra, 9, 3º, 1ª. La dejo en el bolsillo trasero y salgo de la estación pensando si hago caso o me voy al hotel. Reacciono y me voy a una cafetería para desayunar. Me había entrado el apetito y desayuné a gusto. De ahí me fui a Hacienda a realizar mis gestiones hasta mediodía. En Hacienda tengo un amigo que me orienta y acelera los asuntos y le espero a que acabe para irnos los dos a comer, pues tras los servicios prestados tenía que invitarle a comer y charlar sin problemas.
Luis Fernando es inspector de Hacienda y siempre hace que algunos subordinados me preparen todo y luego me ayuden a resolverlo. Me gusta hacerlo así porque mi amigo me lo explica todo y procura que todo esté conforme. Aunque es algunos años mayor que yo, nos conocíamos desde la Universidad y cada vez que yo iba a la ciudad le avisaba, comíamos juntos y ...
... luego íbamos a su casa a tomar café y a echarnos entre nosotros un polvo amistoso. Esto ya era ordinario.
Pues eso hicimos. Después de un café viene otro acompañado de un lingotazo de whisky para calentarnos un poco. ¿Un poco? Si después de comer ya íbamos rápidos a casa porque estábamos ya calientes, tras el primer sorbo de whisky nos miramos y todo comienza como siempre, un beso que se prolonga mientras nos quitamos uno al otro la ropa. Mi amigo Luis Fernando es metódico, no le gustan las variaciones. Así que, desnudos y con el vaso de whisky en la mano, agarrados de la cintura nos vamos a la cama de mi amigo. Son dos escuetas sesiones, primero se la meto yo, descansamos y luego me la mete él. Descansamos un momento y Nos duchamos, nos tocamos bajo el agua, nos besamos, salimos, nos secamos y tú a lo tuyo y yo a lo mío. Es el pago de nuestra amistad. ¿Amor? Vamos, que para tener un polvo y no perder la amistad solo hace falta tener culo y polla, y de eso teníamos los dos incluso en reserva.
Mi amigo la tiene no tan larga, pero muy, muy gorda y me deja preparado el culo para lo que pueda ocurrir en la noche, porque siempre me llevo a alguien al hotel, pero esta vez me llevarán a mí a su casa y debo estar a punto de caramelo. Luis Fernando tiene su pareja desde hace dos meses, antes tenía otra y antes otra y cambia frecuentemente. Estoy seguro que Luis Fernando y yo hemos follado más veces que él con sus parejas. Así y todo no interesa a sus sucesivas parejas lo que ...