El enorme secreto de mi hijo
Fecha: 27/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: DraJulia, Fuente: SexoSinTabues
... gustaba usar algo ajustados. No lo veía en ropa interior desde que tenía cinco años y la verdad había cambiado mucho. Lo que había debajo de esos boxers ya no era el pene de un niño pequeño, era la verga de un hombre y por la dimensión que se hacía notar a través de la tela era una imponente. Yo sonreí un poco y la curiosidad me invadió. Quería ver que tan grande había crecido mi muchachito desde que nos bañábamos juntos cuando tenía cinco años. Cuando bajé su boxer quedo ante mí una verga grande en su estado flácido, algo gorda y con un glande reluciente. Tenía el vello muy bien recortado y los testículos bien afeitados. -¡Vaya que mi muchachito creció bastante! -Ma, por eso no quería que me bañaras, no quiero que te burles de mi como mis compañeros de equipo. -¿Y cómo alguien podría burlarse de ti, teniendo tan bonito pene mi amor? Es pura envidia, ya quisieran estar como mi muchachote. -Pues se burlan de mí, me apodaron el caballo. -Pues tu lleva ese apodo con orgullo amor, y si te preguntar porque es tu diles. Lo tome de la mano y lo lleve al baño. Yo me quité mis shorts y mi blusa dejando al aire mis grandes pechos y mi trasero. Él se me quedo viendo y me dijo -va a ser como cuando nos bañábamos juntos ma-. Bueno un poco, aunque en ese entonces lo hacíamos ambos totalmente desnudos -dije. Me metí a la regadera con él y lo senté en una silla grande de plástico. Frote un poco de jabón en una esponja y logre hacer mucha espuma. Comencé a frotarlo por su pecho tan ...
... definido y musculoso, algo en mí se sentía diferente. De pronto vi a mi hijo como hombre. Su cuerpo marcado y grande ya no me era indiferente. Yo sin parar de frotarlo me imaginaba que haría con el si no fuera de mi sangre. Termine de enjabonarlo por su pecho, abdomen, espalda y piernas, solo me restaban los glúteos y sus genitales. Le pedí que se levantara y me puse detrás de él. Que pompudo estas amor no te había visto bien -dije mientras sonreía. Ma, no digas esas cosas me avergüenzas -dijo con su rostro con un color rojizo-. Lo frote con la esponja y luego me porte algo traviesa y frote duro sus glúteos con mis manos. Él se incomodó mucho pero no dijo nada. Yo estaba muy excitada y mi hijo me dijo -ya ma, detente-. Lo voltee y pude ver el porqué de tan exaltada reacción. Mi hijo se había excitado con el masaje tan sexy que le había dado en los glúteos y estaba muy apenado. Su pene estaba por completo erecto, las venas se dejaban ver a través de la piel de su pene formando protuberancias lineales como si fueran caminos caprichosos. Sus testículos se veían rebosantes y con restos de espuma del jabón. -No te preocupes amor, es algo natural. -Perdóname ma, es que hace mucho que no me desahogo. -Me imagino amor, pero hay que lavarte ahí también no puede quedarse sucio. -Está bien ma, pero no tardes mucho. -Tú relájate. Me puse de rodillas y puse la esponja alrededor de su verga tan gigantesca y comencé a frotarlo con el jabón, víctima de la lujuria que aquel pene provocaba perdí el ...