LA PRIMERA NOCHE
Fecha: 27/10/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: vago82, Fuente: SexoSinTabues
... caliente y puta, qué más puedo pedir”, me dije pleno de felicidad al ritmo de los chasquidos in crescendo que provocabas jalándome la verga. Me soltaste el tronco cuando ya iba a iniciar la eyaculación. Te hincaste y me mamaste para limpiar el presemen que me escurría. Suspendiste para levantarte, te metiste la verga y te colgaste de mi cuello asiendo mi cintura con tus piernas enganchando tus pies. Tuve que cargarte de las nalgas para no perder el equilibrio y ayudarte a mover de abajo hacia arriba. Te viniste antes que yo y te soltaste para caer en el colchón, dejándome otra vez sin eyacular. Reposaste con una mueca de evidente satisfacción y sonreíste al ver mi pito parado y reluciente de tus jugos que escurrían hacia el escroto. Al minuto, ya reestablecida tu respiración, palmeaste en la cama para indicarme que me acostara. Tomaste mi tronco para seguir masturbándome y evitar que decayera la turgencia. Otra vez más me dejaste a punto de soltar el chorro de semen y te acomodaste para cabalgarme hasta hacerme venir y tener tú dos orgasmos más que culminaron en gritos. Sí que sabías usar a tu pareja como juguete sexual para lograr varios orgasmos seguidos. Quedamos acostados, desguanzados y sudorosos: tú sobre mí, sin salir aún mi verga de tu cueva. De pronto escuchamos que querían entrar a tu recamara, nos levantamos de inmediato. Escurrieron nuestros fluidos en la colcha de la cama, en tus piernas y en mis huevos. Tiraste la colcha de la cama en el piso, entre la cama y ...
... las cortinas del ventanal, a señas me ordenaste acostarme allí, quedando oculto a la vista con medio cuerpo bajo la cama y el resto por la colcha. Te pusiste una bata cortita mientras preguntabas quién era y apagabas la luz. —Yo —se escuchó como respuesta la voz de tu hijo de diez años. —¿Qué pasa? —preguntaste abriendo la puerta —Oí que gritaste —dijo. —No fue nada, iba a ir al baño y me tropecé —contestaste. —¿A qué huele? —preguntó prendiendo la luz—. ¿Te hiciste pipí? —dijo aspirando el penetrante olor a sexo y viendo en tus piernas que escurría un hilillo de semen que había bajado del nivel que cubría la batita. Después me dijiste que seguramente el reconoció, en una escena similar con tu esposo, quien le explicó en su momento que “te habías hecho pipí”, al ver exactamente lo mismo que ocurría ahora, tres años después. Lo cierto es que ya no se le podía engañar fácilmente. Fue hacia el baño, pensando en que allí estaría su padre u otra persona. Lo dejaste que inspeccionara, prendiste la lámpara de luz tenue del buró y apagaste la del techo. Cuando salió, lo llevaste a acostar a su cama, te quedaste un rato acariciándolo hasta que se quedó dormido. Regresaste y volviste a poner el seguro a la puerta. —Sube acá, mi garañón —dijiste haciendo a un lado la cobija que me cubría. Subí y me obligaste a hacer un 69 que te hizo tener otros pequeños orgasmos soltando más líquido de tu vagina. Mi verga se empezó a parar hasta que eyaculé en tu boca. Tragaste un poco del esperma que me ...