Una segunda vuelta con Miriam
Fecha: 16/10/2017,
Categorías:
Anal
Hardcore,
Sexo con Maduras
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Una segunda vuelta con MiriamEse fin de semana Anita había viajado a una ciudad cercana en el interior, donde vivía una de sus mejores amigas, la cual se había separado del marido recientemente y necesitaba cierto apoyo y algo de contención.Ana viajó el viernes por la tarde, con la promesa de regresar el domino a última hora.Me quedé solo y tranquilo en casa, con todo el tiempo del mundo para disfrutar esa soledad a mis anchas.Sin embargo, el sábado a la mañana me levanté con una tremenda erección, producto de algún sueño erótico. Decidí no tocarme y lamenté la ausencia de mi dulce mujercita, que seguramente me habría calmado esa calentura en pocos minutos, con sus dedos o su lengua prodigiosa…No sé por qué, en ese momento recordé a Miriam, esa morocha voluptuosa y sensual que veía en el Facebook y que un día había por fin encontrado en el hipermercado. Recordar el tremendo polvo que me había echado con semejante hembra, me hizo endurecer otra vez mi verga.Busqué dónde había escondido su número de teléfono y por fin pude llamarla. Había pasado ya más de dos meses, pero ella me recordaba perfectamente, ya que también ella había quedado loca con esa cogida.Me dijo que su fiel esposo estaba pescando con sus amigos y no regresaría hasta el domingo. Le pedí que nos encontráramos a cierta hora cerca de su casa y accedió encantada. Le dije que pasaría a recogerla en mi auto.Cuando la vi de cerca en la esquina acordada, mi verga volvió a levantarse. Allí estaba esa morocha ...
... infernal, vestida con una minifalda de jean, taco aguja bien altos; sus largas piernas eternamente bronceadas y una campera de cuero cubriendo sus redondas y turgentes tetas.Los hombres pasaban junto a ella y la desnudaban con la mirada, pero Miriam parecía estar interesada mirando en mi dirección, esperando ese auto que la llevaría a pasar una tarde de lujuria y placer.Al subir al auto ella no quiso besarme; dijo que algún conocido podría vernos y no se arriesgaría a ello.Fuimos directamente a un hotel alojamiento en la Panamericana, lejos de cualquiera mirada indiscreta.Al entrar en la habitación la empujé contra una cómoda ubicada frente a la cama y le ordené que mirara hacia adelante, al espejo. Le separé los tobillos con mis pies y metí mi mano por debajo de su breve minifalda. Como ya lo esperaba, no había traído bombacha y mis dedos hurgaron su concha desnuda, ya bastante humedecida.Miriam gimió con mi contacto. Besé su cuello y le dije:“Puta hermosa, ya sabía que ibas a estar mojada para mi…”Ella volvió a gemir sintiendo mis dedos a fondo en su caliente vagina y enseguida giró, para comerse mi boca en un profundo beso de lengua.Cuando rompimos el contacto de nuestros labios la empujé sobre la cama. Miriam cayó de espaldas, quedando sus largas piernas colgando del borde.La tomé por los tobillos y alcé sus piernas en el aire. Me bajé el pantalón a tirones y la miré a los ojos, diciéndole con mi mirada que necesitaba cogerla con urgencia.Miriam se pasó un dedo por los labios, ...