En busca de una actividad para bajar su libido
Fecha: 28/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: pepeluche75, Fuente: CuentoRelatos
Paola se había quedado soltera y ningún hombre podía satisfacerla como su novio, es verdad que le había sido infiel en algunas ocasiones, pero todo producto de la adrenalina que esto generaba, pero después del segundo o tercer encuentro, ya no era lo mismo, se había vuelto una adicta al buen sexo y a lo perverso de su novio, y a pesar que ella le imploraba un último encuentro, el ya no cedía a sus deseos. Ella había hecho de todo para conseguir su verga una vez más, hasta le había enviado fotos de su vagina húmeda, y ofrecido su culito sin restricciones, pero él se había negado, y junto con eso, le cerraba las posibilidades de los orgasmos que solo él y sus perversiones lograban generar en ella.
Andaba caliente todo el día, y como tenía un cargo importante en la empresa, no podía meterse con cualquiera, además que ella era muy exigente con sus candidatos, pocos podrían superar los requisitos básicos, y mucho menos los requisitos para llevársela a la cama. Entonces trato de dedicar su energía a la bicicleta, al cerro y se metió a clases de buceo motivada por una compañera del trabajo, la que le dijo que el instructor era un adonis. Juntas iban a estas clases, cada una en su auto ya que ambas vivían en direcciones opuestas. Paola, quien desde muy joven se interesó en el buceo, pero nunca tuvo los medios para hacer ningún curso estaba fascinada, lo único que necesitaba era un traje de baño y toalla, ya que todos los demás implementos los entregaba el club de buceo donde ...
... haría el curso.
Eran cerca de 12 alumnos, y Paola siempre tenía esa vergüenza interna, la cual no manifestaba, donde solía ser la chica con los pechos más grandes, y en esta oportunidad, no sería diferente, tenía un traje de baño deportivo que afirmaba con mayor fuerza sus pechos, pero eran notoriamente redondos y grandes. Los que al contacto del agua fría de la piscina, siempre se erizaban volviéndose el centro de las miradas de ellos y ellas.
El curso tendría 10 clases en piscina del centro, lo que permitirá los conocimientos básicos previos a ingresar al mar.
El instructor era un ex marino, tenía el físico de un hombre de 40 años deportista, su piel tostada por el sol y el mar, le daba un bronceado envidiable, a sus 58 años era la envidia de cualquier hombre y generaba suspiros en cualquier mujer.
Las clases para Paola resultaban extremadamente buenas, ya que su mente estaba concentrada en lo que debía aprender y el sexo quedaba olvidado, por lo menos por un tiempo.
Ella siempre había sido muy auto exigente y necesitaba ser la mejor, y en ese sentido hacia más esfuerzos que los demás, debido a que no tenía dependientes (hijos pequeños, pareja, otros) ella no necesitaba correr al momento de terminar la clase, y por lo general era la última en salir de la piscina.
Ella no se había dado cuenta, pero el instructor se ya varias clases atrás le había puesto el ojo, entonces un día él se metió al agua y le explico el procedimiento para inmersión con tubo de oxígeno, ...