Soy una mamona
Fecha: 30/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... pero todavía no tieso, lo agarré, bajé el prepucio (el pellejo que cubre el glande), empezó a ensancharse el pene todavía más, empezó a aparecer el glande y a brillar como un globo que se hincha y yo emocionadísima. Lo de menos es que fuera mi hermano. No pensaba follar con él y nunca follaría con él. Pero su pene me subyugaba, me hipnotizaba. Un buen pajazo le estaba haciendo hasta que su polla estaba en tamaño XXL, con sus grandes venas remarcadas y con una dureza del acero. Es entonces, cuando el glande como una gran fruta hinchada para explotar, abrí mi boca y me lo metí en ella. Chupé como una campeona, dentro fuera, dentro fuera, y de vez en cuando sacaba la polla de mi boca y la pajeaba, para descansar un poco de tanta polla ocupando mi boca (estaba la polla chorreando de mi saliva). Y, al rato, como le dije a Carlos esa tarde, éste me avisaba que ya se iba a correr: la polla estaba hinchadísima y llena de sangre, el glande a reventar, y explotó de leche en mi boca. No podía acumular el semen en mi boca porque me daría una arcada o se me saldría por las comisuras de los labios. Como en la tarde: según salían los chorros de leche, me los tragaba. Mi hermano estaba exhausto, todo había ocurrido en 10 minutos o un cuarto de hora. En silencio. Ordeñado por mis manos y mi boca. Le dejé y me volví a mi habitación. Apagué la luz de mi cuarto y me metí la mano en la entrepierna. Estaba ardiendo. Ahora me tocaba satisfacerme a mí misma. Ese amigo de Carlos, o sea, Luis, ...
... viendo que me gustaban las pollas, hacía lo posible para venir a casa por cualquier motivo. Bueno… Si me pillaba en casa y no había nadie más que Carlos y Luis, yo me arrodillaba y me ponía a mamar. Me encanta antes de mamar y de pajear frotar sus pollas por mi cara, por mi nariz, por mis labios. Me encanta ver cómo se van empalmando mientras froto ese rabo por mi cara, oliendo a polla. No solo lo hacia en esta ocasión. Lo hacía siempre que le mamaba a mi hermano…, y lo he hecho siempre que salgo con algún tío (muchas veces, mis únicas relaciones con un hombre es el sexo oral que yo le hago). Frotarme una polla por la cara me pone a cien. Y, una vez el pene tieso, a pajear y a metérmelo en la boca. Luis era un carota y quería venir cada dos por tres…, pero me decía mi hermano que tenía que pararlo y no venía tantas veces como quisiera. Pero la polla de mi hermano siempre estaba disponible (era mi hermano, claro, y vivíamos en la misma casa). Pongo algunos ejemplos: una vez estábamos viendo un reality en la tele con no sé qué tonterías…, pero hablaban de guarrerías y Carlos se empezó a empalmar (eso me dijo al oído). Cierto: me señaló con el dedo un bulto pulsante, como si tuviera el corazón en la entrepierna. Latía, jaja. Y me dijo también al oído que si le podría pajear en el patio de atrás. Es que, en casa estaban en ese momento mi padre y mi madre, y tampoco queríamos que se notara mucho lo que hacíamos: fuimos a un patio interior, que, aunque podrían vernos desde las ventanas ...