Soy una mamona
Fecha: 30/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... que daban a ese patio (podrían vernos todo el vecindario), no nos verían porque era de noche y estaba todo a oscuras. Nos escurrimos del salón, y fuimos al patio. Fue rápido: Carlos se sacó la polla que estaba semitiesa, y yo ya la puse a tope frotándome con ella. Se la chupé con vicio y me tragué toda la leche en cuestión de unos minutos. Rapidito y nutritivo, jaja. No todas las noches, pero sí muchas, iba yo a su habitación, o iba él a la mía. El “menú” siempre era el mismo: leche caliente de hombre. Carlos jamás me tocó ni una teta, y yo ya di a entender que solo sería una mamoncilla. Nada más. Así cada uno de los dos nos quitábamos el peso de estar cometiendo una especie de “incesto menor”, o ni siquiera incesto. Solo “juegos” de adolescentes. A mi me gustaba el olor y el sabor de su polla, él me daba leche, y ambos estábamos muy a gusto. Otro ejemplo: No solo en casa era una mamoncilla. Mi hermano se ponía cachondo en múltiples circunstancias. Una vez fuimos al cine, y había una escena de sexo en la peli. Pues, mi hermano se puso cachondo, me cogió mi mano y se la puso en la entrepierna para que yo notara como temblaba ante las pulsiones de su pene poniéndose duro. ¡¡Y hasta se lo sacó!!, en pleno cine. Se lo agarré, di dos sacudidas, pero, a guardarlo corriendo, que con el reflejo de la pantalla del cine se veía demasiado (cierto que el cine estaba con poca gente…, pero, cualquiera que pasara por el pasillo podía vislumbrarlo). A la salida del cine, en un parque ...
... cercano, se sacó la polla y me puse a mamar. Me dio su ración de leche de hombre, mmm. Otro ejemplo: Excursión al chalet de mis tíos en la sierra. Ya habíamos estado miles de veces en ese chalet y habíamos hecho excursiones al monte cercano. Esa vez lo haríamos de nuevo…, pero los dos solos porque los mayores no tenían ganas de moverse. En principio no había planeado ni paja ni mamada, sino solo pasar el rato haciendo senderismo (mucho mejor que estar en el chalet sin hacer nada). A media altura de subir el monte me dijo Carlos: Carlos: Mira qué lejos está la urba de los tíos. Esta peña es un buen sitio para tomar el sol y, si no te molesta, para hacerme una chupadita. Yo (mirando el paisaje desde la peña): Ok. Se quitó la ropa, ¡toda la ropa!. No se sacó la polla solo, sino que se quedó completamente desnudo (era veranito) y se puso a tomar el sol sobre la peña. Yo ahí disfrutaba de la vista desde la peña…, y de la vista del cuerpazo de mi hermano, con su enorme pollón, todavía en estado flácido. Él, con los ojos cerrados tomaba el sol. Me acerco y empiezo a agarrarle el rabo. El pene reacciona empezando a hincharse de sangre. Bajo el prepucio, aparece el glande, y empieza a convertirse ese pene flácido en el increíble Hulk. Y, como tantas veces, pero ahora en medio del campo. Tumbado mi hermano en la peña, yo le empiezo a pajear, arriba, abajo, huevos bailando, venas marcadas, glande brillante. Y me lo meto en la boca y empiezo a mamar. Cuando llega al final, Carlos me avisa y ...