1. Encuentros Familiares cap 4


    Fecha: 16/10/2017, Categorías: Incesto Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... mamá volaron hacia el revuelto cabello de Eric—. Creo que sólo seremos tú y yo, querido. Carlos: Aldo, mi amigo, decidió ir a comprar al supermercado y me dejó instalando el aire con su hija. La chica tenía unos trece o catorce años, y estaba buenísima. Se llamaba Gabi. Pelo negro y piel muy blanca, con una ristra de pecas surcándole un rostro ovalado. Sus ojos eran azules y tenía unos labios preciosos. Fuera de eso, vestía con una blusa de tirantes transparente debajo de la cual se veía el brasier rosado que llevaba. Unos pants deportivos complementaban su atuendo. —¿Está bien así? —me preguntó luego de que diera una bebida a la limonada que me había preparado. —Lo está. Gracias —bajé de las escaleras y probé que el aire encendiera bien—. Listo. Ha quedado. —Gracias. Papá estará contendo. Ya no tendré que andar medio desnuda por toda la casa. Sonreí y le acaricié un hombro. Era raro, pero no me había podido contener con semejante manjar frente a mí. Gabi se ruborizó e hizo risitos con su pelo ondulado. —Creo que ya no se molestará. ¿A poco si andas medio desnuda? —Mmm… puede ser —guiñó un ojo igual que si me notara excitado. Se acercó con las manos en la espalda y sacando los pechos—. ¿Quiere verme desnuda? —Oh… alto allí. Eres una niña apenas. —Pero tengo catorce años casi. Ya no soy una niña. —No quiero verte —mentí. Ella estalló en risas. —Sólo juego, hombre. No es para tanto —golpeó mi pecho con una de sus pequeñas manos—. Papá dice que soy muy precoz sexualmente. —Debe ...
    ... ser difícil vivir con él mientras tu mamá está de viaje por el extranjero. —No realmente. Papá es un hombre muy divertido y me consciente de muchas formas. Ahora me puso el aire para que no pasara calor. No le gusta que ande en brasier por toda la casa. —¿En brasier? —Sí. A mí no me da nada de penita. Los huevos se me subieron a la garganta cuando se dio media vuelta para marcharse. Casi le pedí que se quedara conmigo y me mostrara su sostén. Suspirando, la seguí hasta la cocina donde platicamos un poco más. —¿Qué tal el novio? —le pregunté. Ella se sentó con las piernas cruzadas y tomando una cerveza. —Está bien. Ah, no se preocupe. Papá me permite tomar una cerveza a la semana. Las tiene contadas. —¿Te gusta beber? —No en realidad, pero saber que tengo esa posibilidad me quita las ganas de intentarlo. ¿Quiere una? —Sí. Gracias. —Soy como una esposa para mi papá. Tengo que ver que la casa funcione bien. Se amarró el pelo y ese gesto hizo que sus pechos parecieran más grandes y juntos. Apuré un gran trago de cerveza justo cuando mi amigo volvía. Gabi se lanzó hacia él. —¡Papá! —exclamó y saltó a sus brazos. Mi amigo la sostuvo de las nalgas y casi pude ver que lo estaba disfrutando. Su hija cerró sus largos muslos en torno a su torso y sus brazos lo rodearon del cuello. —Princesa ¿bebes a esta hora? Es tu lata semanal. —Ni me la gasté. Gracias por mi clima, papi. —De nada, amor, de nada. Así ya no andarás medio desnuda por la casa. —Ah, malo —rio y se fue dando saltitos por ...
«1234...»