Cuando ella se despierta - Relatos Eróticos

Cuando ella se despierta

... Esta vez ha son dos. Nalguea y aprieta su culo y se acomoda para mostrar el esplendor de ese trasero bien formado y torneado. Su excitación es muy grande y ya ha empezado a gemir. Se nalguea repetidamente y mete con más fuerza sus dedos. Se abre y empieza a acariciar su ano. Lleva sus dedos empapados de su líquido a su ano. Lo frota hasta que se dilata y mete despacio un solo dedo. La expresión de su rostro es de dolor y placer. Está tan estrecha que su dedo pequeño le causa convulsiones: sus tetas tiemblan y se le escapan gemidos de placer. Ya no le importa si las demás compañeras la oyen. Quiere explotar de placer. Usa su otra mano para meterse tantos dedos como le quepan a su vagina. Se dedea con tanta fuerza cómo puede moviendo su clítoris y llenando su culo con su dedo. Está ahí tendida bajo el chorro de agua, gimiendo y gritando por ser poseída. No puede más con eso y una idea inunda su cabeza. Se levanta, sale del baño sin ropa, escurriendo en líquidos y va al balcón, dónde propios y extraños se maravillas de su figura adolescente . Espera hasta que las miradas están sobre ella, sonríe mientras todas la voltea a ver y empieza a lamer sus dedos. No le importa quien la vea. Ella solo quiero tener el orgasmo más fuerte que pueda conseguir. Cuando todos la han visto. Saca sus dedos de sus pequeños labios, escurriendo en hilos de saliva y mete muy hasta dentro sus dos dedos. Empieza en un frenesí a agarrar sus tetas y llevar su vagina con sus propias manos. Se mueve cual puta sedienta de placer y no termina el espectáculo hasta que un chorro cae por sus piernas mojandose hasta los tobillos y derramado su propio líquido sobre el suelo del balcón. Al final como todos los días. Solo sonríe y vuelve a entrar a su cuatro como si no hubiese pasado nada, contonenado su redondo culo en casa paso que da.