1. La joven alumna que me entregó su cuerpo


    Fecha: 07/11/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... Ella movió su cabecita afirmativamente. Entonces acerqué mi rostro al de ella, la besé tiernamente en sus labios. Ella cerró los ojos y temblaba. Segui besándola, le pasé mi lengua por sus labios y por inercia ella abrió su boquita y mi lengua entro y toqué la lenguita de Ivettía y ella rápidamente imitó lo que yo hacia y nuestra lenguas se dieron un rico y húmedo beso, fueron dos o tres minutos intensos, ella tenía las manos sudadas. Luego la solté y le pregunté si le había gustado, ella me dijo que –era lo más maravilloso que le había sucedido- y le pregunté (ya tenia una tremenda erección en los pantalones) –cuando vendrán tus padres?-, ella me respondió -hasta mañana!-. Yo estaba excitado, no había cogido regularmente después de mi divorcio y tenía a una pequeña lindura solita en una casa a mi disposición y ya oscureciendo el día. Pasó lo que tenia que pasar. La tomé y la puse sentada en mis piernas, la besé y la fui colocando en mis brazos. Yo metía mi lengua en su boquita y ella lo hacía en la mía. Sus besos inocentes pasaron a ser muy calientes (mi erección era tremenda en mis calzoncillos), mis manos tocaban sus piernas y sus muslos, pero no podía dejar de ver su parte más lujuriosa, sus pechitos, bajé mi boca por su cuello y le pasé la lengua por allí, ella daba pequeños brincos y empezó a ronronear, era pequeños gemidos que iban aumentando de volumen, con una mano fui levantando su top hasta dejar libre sus tetitas, entonces mi boca atrapó uno de sus pezones y lo ...
    ... lamí y luego lo chupé suavemente, ella pegó un gemido más profundo, pero cuando tomé por turnos sus pezones con la boca y con la lengua para mamarlos, la pequeña Ivettía parecía llorar de placer, se retorcía y cerraba sus ojitos. Luego, le besé los hombros, los brazos, las manos y cada uno de los dedos de sus manos. Mi verga ya chorreaba en mis pantalones. Sus pechitos era lo más delicioso que había probado en años, eran turgentes, su piel suave como la mejor seda y tiernitos, al mamarlos se ponían rojitos. Luego de mamarlos un buen rato, ella me dijo –¡lo amo profesor!-. Entonces no pude resistirme, la puse sobre el sofá y le quité primero sus zapatos tenis, después sus calcetas, sus pies eran primorosos pintaditos de rosa, seguí desvistiéndola y ahora le fui quitando su falda, ella intentó todavía frenarme tomándome la mano, pero su resistencia fue mínima, le quité las manos de su falda y la desabotoné, la quité y luego le bajé su braguita, ella quedó desnudita sobre el sofá. Vi que le dio vergüenza que la viera asi, con una de sus manos se tapó su rajita casi sin pelitos, le dije que no se tapara que todo era bello en ella y era la mujer más bella que había visto. Eso le dio confianza y me sonrió y se quitó la mano de su sexo. Tomé uno de sus pies y los besé por todos lados, luego metí su dedo mayor en mi boca y lo chupé como chupar un dulce sabroso, luego lo fui haciendo con cada uno, tomé su otro pie y realicé lo mismo, ella gemía suavemente. Luego fui acercándome a su ...
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