1. La venganza (parte 1)


    Fecha: 16/11/2020, Categorías: Masturbación Autor: Pequeñamorbosa, Fuente: CuentoRelatos

    Hola, soy el novio de la chica que se relajó demasiado en el spa en compañía del masajista y la chica de recepción.
    
    Y hoy me he animado yo a escribir como me cobré lo que mi novia hizo.
    
    Primero me presento, mi nombre es Fran, soy un chico de constitución normal más bien delgado, no soy muy alto, pelo negro corto y ojos marrón verdoso. Tengo una relación de hace casi 8 años con una chica castaña de pelo rizado hasta la cintura, ojos marrones casi negros super expresivos, la cara casi de niña lo que la hace más atrayente y morbosa, es bajita de 1.52 de estatura, 115 de tetas, más bien gordita, y un culazo bien puesto, es muy activa sexualmente y siempre está dispuesta a probar cosas nuevas.
    
    Bueno, pues todo empieza cuando estaba yo en casa con la cena preparada porque sabía que Sara estaba a punto de llegar del spa muy cansada y quería hacerle algo especial.
    
    Ya tenía la mesa puesta con todo, sus velitas para crear ambiente, el vino en la cubitera enfriándose y solo quedaba servir la pasta, pero la dejaría para lo último para que no se enfriase.
    
    De pronto escuché la puerta y así estaba ella, con un simple legging negro que le marcaba la silueta voluptuosa, y una camiseta normal estilo nadadora blanca, se había dejado el pelo suelto y le caía justo en la curvatura del culo, lo cual se lo marcaba más aún y a mí me ponía más cachondo. Lo mejor de ella es que siempre tiene una sonrisa que le ilumina toda la cara y que la hace especial, por lo menos para mí.
    
    Nada ...
    ... más verme, me saludó con un besazo que hizo levantar mi poya en dos segundos, pero la separé y cuando fue a protestar le di la vuelta y le enseñé todo lo que había montado. Se le iluminó la cara de felicidad, pero vi una rara expresión fugaz en su cara, pero pensé que eran cosas mías, y no dije nada.
    
    La senté en la silla, serví un poco de vino en su copa y me dirigí a la cocina para coger la comida y las repartí en los platos.
    
    Después de comer me dijo que se iba para la cama, que se comería el postre allí.
    
    Así que cogí el flan y la nata y me fui para la habitación con curiosidad por ver lo que me esperaba. Al entrar tuve que sujetar bien los cacharros que sujetaba con la mano para que con la impresión no se cayeran al suelo.
    
    Ahí estaba, encima de nuestra cama, tumbaba de lado con la cabeza apoyada en una mano y la otra sobre su cadera. Se había quitado la ropa y solo llevaba un sujetador negro de encaje transparente y se podían ver sus grandes aureolas y los pezones de punta por el frío y más abajo un culote a conjunto también de encaje, pero la zona de la vagina estaba disimulada por unas cuentas y brillitos que hacía volar la imaginación.
    
    Con el dedo indicó que me acercase, mientras se mordía el labio con lujuria, solté el flan en la mesita, pero la nata la dejé cerca.
    
    Me desnudé dejándome puesto solo el slip azul y me acerqué a ella despacio y volví a ver esa sombra en la mirada y supe que le pasaba algo, pero como no quería estropear tan buen momento no le ...
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