La venganza (parte 1)
Fecha: 16/11/2020,
Categorías:
Masturbación
Autor: Pequeñamorbosa, Fuente: CuentoRelatos
... quise decir nada hasta después, le vendé los ojos con su propio pañuelo, el que ella misma había colocado en la mesita al desnudarse y comencé a besarle la boca con suavidad, deslizando la lengua por la barbilla y la cara, como a ella le pone, ella ya respiraba con dificultad por la excitación.
Le quité el sujetador rozando con los dedos los pezones y me senté encima de ella con una pierna a cada lado, pero sin dejar caer el peso completamente.
Agarré el bote de nata, lo agité, le cubrí la boca, me acerqué y con la lengua limpié sus labios saboreando el dulce sabor y la besaba para que ella también pudiese probar.
Después hice un caminito desde su oreja izquierda pasando por el cuello llegando al hombro, el cual mordí fuerte haciéndola gemir y suspirar, después de repetir el recorrido que la nata había hecho.
Repartí nata de un pezón a otro, y la retiré empezando con uno suavemente sin apenas notar nada y cuando llegué al otro lo hice con menos cariño, a base de mordisquitos y pellizcos mientras ella se retorcía, y movía las caderas pidiendo follar, chupé mis dedos y aparté un poco el culote para comprobar que tan lubricada estaba y los introduje casi sin querer de tanto que resbalaban sus líquidos.
Mi polla palpitaba y mojaba el calzoncillo con la cantidad de fluidos, pero tenía que aguantar más, ya que quería mezclar la nata con el fluido de su coño.
Le quité el tanga sin cuidado, mi placer estaba que explotaba y no quería poner más delicadeza, quería ...
... empezar a ser duro como a ella le gustaba.
Abrí de golpe sus piernas dejando asomar su clítoris que brillaba húmedo, y ella agarraba las sábanas en un puño aguantado el orgasmo.
Volví a agitar la nata y vertí desde su monte de venus hasta la entrada de su ojete y empecé desde ahí, lamiendo su agujerito. Ella ahogó un grito, deslicé la lengua por las ingles y soplaba para dar más placer, ella gemía, y sin que se lo esperase le di un bocado en el monte y limpié la nata que quedo allí. Le abrí mas los labios con las manos y pasaba mi boca desde los labios inferior de manera casi imperceptible, ella sacudía las caderas acercando más su botón a mi boca y yo la quería hacer sufrir más, pero yo pensaba que como siguiese así me iba a correr solo.
Ella, loca de placer me agarro la cabeza haciendo presión en su inflamado coño y me dijo —cómemelo ya cabrón ¡no puedo más!
Alivié su descontrol metiéndole el dedo corazón en el coño mientras le limpiaba el pegote de nata que le quedaba justo en el clítoris, succionando y frotando la lengua, ella disfrutaba gimiendo fuerte.
Sabía que se iba a correr y yo también, así que con mi mano empecé a masturbarme despacio mientras seguía comiendo, sujeté con mis dientes el clítoris y deslizaba la lengua apretando. Cuando llegó su oleada de placer, seguí comiendo y follándole el coño con el dedo resbaloso e inundado de flujo vaginal.
Y vino el mío, apoyándome en las rodillas le mantuve las piernas aún abiertas para ver el coño mojado, ...