1. Mi joven vecino


    Fecha: 16/11/2020, Categorías: Incesto Autor: Danino, Fuente: CuentoRelatos

    ... por favor deja de hacer eso.
    
    -Lo soñé varios días -dijo- hace tanto que lo deseo hacer....
    
    Me di vuelta y lo miré a los ojos. Sus manos ya acariciaban mis hombros. No sé si fue él o yo, pero nuestros labios se encontraron violentamente, mi lengua buscaba con desesperación la suya y con sus manos desprendía los botones de mi vestido. Sus manos, ahora acariciaban mis pechos y pellizcaba mis pezones.
    
    Me condujo al diván del estudio y me tendí en él. Marcelo se deshizo del toallón y yo casi de un tirón quite mi vestido a un lado.
    
    -Señora -musitó- cuanto la deseo. Cuanto tiempo la deseé. en la calle, en el gimnasio, en todo lugar que la veía.
    
    -Hazme tuya -casi grité- te necesito. Por favor, te necesito. No imaginas cuanto te necesito.
    
    Sentí sus labios recorrer mi piel. No quedaba centímetro de mi cuerpo que su boca no besara. En mi vagina, sentía su lengua excitarme y hacerme caer en un paroxismo interminable.
    
    -La amo señora -gemía Marcelo- Sienta mi miembro erguido como la necesita.
    
    Tomé su miembro con la mano y lo llevé a mis labios. Él y yo gemíamos de deseo incontrolado. Besé y lamí su miembro y le pedí:
    
    -Por favor -casi llorando le rogué- penetrame. Haceme gozar como hace tanto no siento. Ese miembro enorme, lo ...
    ... quiero dentro mío. Quiero que llenes mis entrañas con tu leche. Quiero que me mates de placer. Te necesito desesperadamente.
    
    El muchacho respondía con virilidad juvenil y fervor apasionado. Mi pelvis se embestía con la de él buscando el placer que tanto tiempo carecí de él. Mis orgasmos eran intensos e impetuosos. No me podía controlar. Marcelo, eyaculaba casi llorando conmigo.
    
    Mis uñas se clavaban en su espalda y sus dientes mordían mis hombros. Estábamos ambos en un clímax desesperado.
    
    Quedamos tendidos uno junto al otro, abrazados como dos enamorados. Agitados, con la respiración agitada y el placer en las miradas. No sé cuánto tiempo no llevó recuperar nos.
    
    -Esto será el principio de algo hermoso -dijo Marcelo- Será nuestro secreto.
    
    -Me has hecho feliz y no dejaré que lo dejes de hacer -le dije sonriendo.
    
    -Te amo -me dijo- Eres lo mejor que me paso en la vida.
    
    -Amame. Me gusta que lo hagas -y agregué- pero también me gusta que me desees como lo haces.
    
    El aroma del sexo invadía el estudio y nosotros permanecimos largo tiempo disfrutando el descanso del violento encuentro sexual que vivimos después de tanto tiempo sin sexo y sin pensar en las diferencias de edad y solo gozando el principio del paraíso futuro.
    
    Danino 
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