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Isabel, un despertar
Fecha: 22/11/2020, Categorías: Gays Autor: minvu69, Fuente: CuentoRelatos
Todo se fue dando de apoco, con el tiempo, lentamente. Me llamo Isabel y quería compartir con ustedes una vivencia que me inquieta. Soy casada, tengo dos hijos y una vida normal, todo marchaba sin grandes alteraciones y cumplía mis distintos roles con esmero y dedicación, aun cuando interiormente me sentía muy sola y carente de afecto. Trabajo en uno de los ministerios de gobierno y todo estaba bien, aprendiendo progresando, teníamos un buen equipo de trabajo, salíamos a terreno, hacíamos presentaciones, todo bien. Dentro de este grupo de trabajo estaba Antonio, era muy trabajador y profesional, éramos buena dupla y siempre me trato como su compañera, con mucho respeto y delicadeza. Su voz era dulce y siempre fue un caballero, en los trayectos a terreno o los cafés en la oficina siempre me escuchaba atentamente, todos mis problemas, mis vivencias, se reía y me escuchaba atentamente. Con el tiempo comencé a notar que mi compañero me miraba de manera diferente, sentía sus miradas en mi cola al pasar y me gusto, me daba alegría, o ilusión que un hombre me mirara, no sé qué. Fue como un juego y yo comencé a usar faldas ajustadas con colaless para que se me marcaran y cada vez Antonio era más atrevido, podía sentir como me miraba al pasar, miraba fijamente mi cola y sentía que me desnudaba. Yo estaba en las nubes y fue un juego que me gusto jugar, comenzaba a excitarme la situación. Luego comenzó a mirar fijamente mis pechos y piernas, se deleitaba mirándome fijamente, ...
... me desnudaba con su mirada y me excitaba a mí la situación. Un día no asistí al trabajo por estar un poco resfriada y no tenía quien me llevara la licencia médica, lo llamé y como andaba en terreno se ofreció para ir a buscarla a mi casa y llevarla al trabajo. Cuando llego a mi casa nos saludamos cordialmente y lo hice pasar, le ofrecí un café. Una vez en la cocina cuando preparaba su café pude sentir como miraba mi cola, se erizo mi piel de solo pensar que estaba sola en casa con Antonio deseándome e imaginándose quizás que cosas. Me acerque temblorosa con el café y el me tomo de la mano. Pude sentir su mano apretando mi muñeca firmemente y eso me derritió, ya lo estaba deseando y sentí como se humedeció mi entrepierna. Le dije que me soltara, que éramos compañeros de trabajo…. El soltó una carcajada maliciosa y me dijo, ahora vas a ser mía putita, sus palabras me estremecieron y retumbaron en mi cabeza. Mi marido nunca me decía groserías y menos en la intimidad. Acto seguido me dio vuelta y me abrazo agarrándome los pechos y apoyando su bulto en mi cola, me lo refregaba y apretaba mis pechos, me seguía diciendo putita y eso me volvió loca, me chupeteaba el cuello, me mordía, sentía todo su pene erecto, de pronto me susurro al oído, te voy a meter el pico hasta adentro… ahí perdí el control y apoye mi cola contra el con fuerza para refregarme el pene de Antonio, repetía te voy a culear puta y eso me hizo perder el control. Nunca imagine que ese trato tan vulgar me ...