1. La mañana siguiente


    Fecha: 25/11/2020, Categorías: Confesiones Autor: Primuss, Fuente: CuentoRelatos

    ... estirando su piel: su brazo izquierdo descansaba a lo largo de su cuerpo y podía ver que estaba alargándose, su mano, dedos y uñas también, venas saltaron corriendo hacia su hombro que se expandió como una pelota; su cuerpo cambió de posición mientras su espalda y caderas se ensanchaban y sus piernas se alargaban, y todavía seguían mis caricias, sintiendo los cambios por los que pasaba ella porque cada vez había más superficie que explorar.
    
    Su ligero bronceado empezó a obscurecerse, tomando un tono olivo que rápidamente corrió hacia el lado verde del espectro, perdiendo el tono café y ganando luz; su cabello se revolvió más al crecer más largo, grueso y negro con los mismo tonos verdes de su piel: Ahora ella crecía más grande, su espalda y caderas casi doblaron su tamaño, y tenían los músculos más largos y sexy que yo hubiera visto: grandes -y aun creciendo- y fuertes, pero con la sinuosidad de una pantera desde los grandes hombros hasta el trasero más firme y redondo que una maestra de aeróbicos pudiera soñar.
    
    Pero antes de que pudiera ver el crecimiento final de su espalda, ella se movió hacia mí, asustándome de muerte, entonces descansó sobre su espalda, sus brazos a cada lado de su cuerpo se inflaron con bíceps y tríceps imposibles, más grandes que los míos, completados por vigorosos antebrazos y manos largas y fuertes; me sorprendió su pecho,
    
    "¿Sin senos?" Pensé, pero me di cuenta que su tórax expandido los había estirado hasta el límite, justo entonces sus ...
    ... pectorales se hincharon en gruesos cuadrados, y abajo de ellos sus músculos abdominales emergieron como submarinos de su piel, mi atención regresó a su pecho, donde sus senos crecían, primero pequeños conos emergieron como volcanes, sus areolas estirándose con su piel ganando espacio y un color verde oscuro, sus pezones crecieron también, erectos de deseo como dedos queriendo tocar el cielo; sus senos perdieron la forma de cono y se inflaron como globos llenos de agua, pero al tocarlos, debajo de la piel suave había la carne más firme que se puedan imaginar, era como si la fuerza de sus pectorales se transfiriera también a sus senos.
    
    Para entonces sus pies pasaban la longitud de la cama, y eran grandes, fuertes y sexy, con ese bronceado verde luminoso esparcido en toda ella, movió sus piernas liberándolas de las sábanas, piernas realmente fuertes, grandes y fuertes, los músculos definidos pero no abultados, extremadamente largos y -Oh sí- muy sensuales...
    
    Mis ojos llenos con la visión de la mujer más increíble de la tierra, tan definida que aún los músculos de sus costillas aparecían cuando respiraba, y con curvas hechas de la esencia de los sueños de un hombre -sueños húmedos-, cuando noté que había abierto un ojo, y lo movía como checando donde estaba, entonces abrió el otro y parpadeó ambos para quitarse el sueño, esos ojos verde mar se fijaron en su cuerpo y se abrieron más como si la sorprendiera su presente estado; entonces notó mi mano, que se encontraba sobre su ...