1. Despidiendo a mi marido en el aeropuerto


    Fecha: 18/10/2017, Categorías: Incesto Autor: Sleepkiss, Fuente: CuentoRelatos

    ... acepté acompañarlos y volvimos al restaurante donde habíamos estado. Ya ahí conversábamos y pude notar que su conversación era muy amena, y en un momento uno de ellos propuso hacer un brindis por mi dentista. Cuando le pregunté qué porque por mi dentista, él me respondió que yo tenía los dientes más perfectos que nunca había visto.
    
    Por lo visto estos dos eran unos expertos en hacer sentir bien a una chica, y los invité a mi casa para seguir la conversación. Ellos aceptaron de buen grado, y nos fuimos los tres en mi coche. Cuando nos dirigíamos a mi casa, sentía sobre mis piernas las miradas del que tenía al costado, y yo tenía las piernas un poco separadas para utilizar los pedales. El que estaba en el asiento de atrás, se acercaba hacía delante, seguramente para poder ver mis senos a través del escote de la blusa.
    
    Llegamos al edificio donde vivo, y subimos las escaleras hasta el tercer piso. En todo momento yo iba delante de ellos, y seguramente podían apreciar mis piernas mientras subía. Mi falda no era tan corta como para que pudiesen ver por debajo de ellas, pero seguramente habrían apreciado buena parte de mis muslos desde su posición.
    
    Cuando llegamos a mi puerta saqué las llaves de mi cartera, y al parecer el sonido de estas, hizo que la chismosa de mi vecina saliera para ver quien había llegado. La saludé y mis amigos también, y la malcriada no se dignó en responder, y se metió a su departamento nuevamente. Esperaba que no le fuera con el cuento a mi marido, ...
    ... de que estaba metiendo hombres a mi casa en su ausencia.
    
    Al entrar los invité a sentar en la sala, y serví unos tragos para los tres.
    
    Me sentía bien ya que estaba acompañada, y mucho más ya que era compañía masculina. Puse música y después de un rato parecíamos grandes amigos, y ellos en todo momento me piropeaban y me hacían sentir muy bien. El que estaba sentado a mi costado, en un momento me acarició la oreja y yo le dije que no hiciera eso porque me daba cosquillas.
    
    El que estaba al frente mío, me miraba como si me desnudara con los ojos, y no era que yo quisiera que algo sucediera, pero con la dieta rigurosa de sexo a la que me tiene acostumbrada mi marido, no es fácil disimular lo que una siente cuando un hombre te pasa la mano.
    
    Nuevamente el que tenía al costado, puso su mano en mi pierna izquierda y apretó mi muslo, de tal forma que me puse caliente de solo pensar que tenía a esos dos chicos para mí. Algo desinhibida por el licor, les pedí que me dijeran sinceramente que cosa deseaban hacer. El que estaba al frente mirándome a los ojos me dijo, Yo lo que más quiero en este momento es lamerte el ojete ricura. Sus palabras hicieron que los colores se me subieran al rostro, por la franqueza de su pedido.
    
    De pronto el que estaba a mi lado, me abrazó dándome un beso en la boca, y debido al apretujón que me dio yo separé un poco mis piernas, para que el que estaba al frente, pudiera ver por en medio de mi falda. Poco a poco desabotonó mi chaleco y mi blusa, ...