Despidiendo a mi marido en el aeropuerto
Fecha: 18/10/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Sleepkiss, Fuente: CuentoRelatos
... quedando a la vista mi sujetador. Sus manos amasaban mis pechos, y el otro se acercó a mí para acariciar mis piernas y poner su cabeza entre ellas. Me besaba encima de las pantimedias, y podía sentir su boca que trataba de comerse mi coño con todo y braguitas.
Mientras uno me acariciaba y me besaba, el otro aprovechaba para desnudarse.
Poco a poco nos fuimos quedando sin ropa, y pude ver sus vergas gruesas ansiosas de penetrarme. Estando echada en el sillón uno de ellos me empezó a lamer la concha, mientras yo me metía la verga del otro a la boca. Sentía mis fluidos vaginales salir, mientras el que estaba entre mis piernas, chupaba y jalaba los labios de mi vulva.
El placer que en ese momento sentía, solo podría ser superado en el momento en que me penetraran, así que al que me chupaba lo jalé del cabello, para que subiera y me clavara con su tranca de una vez. Él entendió mis deseos, y puso la cabeza de su verga en la entrada de mi concha, y me la empujó de un solo envío. Mientras me bombeaba yo seguía lamiéndole la verga al otro, logrando con esto sentir un orgasmo que me provocó risa y llanto a la vez.
Daba gracias por el tipo de trabajo que tenía mi marido, ya que así yo podía gozar de cuanto macho supiera como lograr que le abriese las piernas.
Les dije que fuésemos a mi cama para estar más cómodos, y los tres nos dirigimos a mi habitación. Yo caminaba de espaldas y con cada una de mis manos les agarraba sus vergas, dirigiéndolos hacia el interior de mi ...
... cuarto.
Estando ahí hice que uno de ellos se echara boca arriba, y yo me senté sobre su verga mirándolo de frente. El otro se situó detrás mío de rodillas, y puso su verga entre mis nalgas. En ese momento empecé a cabalgar sobre la verga que tenía dentro, y mis tetas empezaron a bambolearse para arriba y para abajo. El que estaba detrás mío, me abrazó agarrando mis tetas y las apretó fuertemente.
Le dije en ese momento que me penetrara por el culo, y puso la punta de su verga en mi ano, empujándola y haciéndome doler. El dolor que sentí no me importó, y seguí aguantando hasta que la tuve dentro. Me incliné un poco hacia delante, y así empezamos a movernos rítmicamente.
Nuestros cuerpos sudaban, y yo gozaba con la culeada que me estaban dando en ese momento. Al momento de elevarme, sentía como corrían las vergas casi al punto de salirse, y nuevamente me sentaba haciendo que entren hasta el fondo de mi concha y mi recto.
De pronto sentí que tendría otro orgasmo, y al parecer ellos también estaban por eyacular, así que empezamos a movernos rápidamente hasta que nos corrimos los tres en medio de jadeos de placer. Nos quedamos así un momento, y cuando me moví para recostarme, sentí que me chorreaba la leche que me habían dado. Vi que en la punta de sus penes había rastros de leche también, así que decidí limpiarlas chapándoselas.
Se quedaron toda la noche, y seguimos gozando hasta que se nos acabaron las fuerzas. Se fueron a las 6 de la mañana para que mi vecina no se ...