Camioneros: olor a macho. Parte 2.
Fecha: 27/11/2020,
Categorías:
Gays
Autor: asdfgh29, Fuente: SexoSinTabues
Anteriormente: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-45059.html . *Esperad que voy a meterme con vosotros dijo David, que aquí puede verme alguien. Ágilmente saltó por encima de los asientos hasta la colchoneta y tuvimos que apretujarnos en la semi-oscuridad pues Tomás y David eran dos tipos enormes, que casi llenaban ellos dos solos la cabina. David se desnudó rápidamente y yo aluciné, tenía el pollon más gigante que yo había visto en mi vida. Francamente no creía que existieran cosas así, debía medir unos 23 cm. y era casi tan gorda como mi brazo. Tomás y yo nos habíamos duchado y la sesión amorosa había rescatado ciertos olores a tío, pero David olía a macho de verdad. Empezó a tocársela y llenó la cabina de su perfume acre, dulzón, almizclado, también sus testículos enormes estaban perfumados por el sudor y de los sobacos del camionero rubio asomaba una mata de pelos que olían fuerte también. Mi culo se había quedado con necesidad de polla, pero no me atrevía a echarme encima de David así, de buenas a primeras. Él también me miraba con sus ojillos azules encendidos por el deseo y yo sentía su costado desnudo pegado al mío que me transmitía ondas eléctricas de deseo. Tomás vino en nuestra ayuda pues se hizo cargo de la situación enseguida. -¿Quieres follarte a mi chico, David? - le preguntó mientras me acariciaba los muslos. *coño!. sí. , me gustaría. , pero. , se dejará. -Sí, Dieguito se deja. , es muy puta. *Vaya si lo ví!, al muy cabrón se le veía en la cara que ...
... disfrutaba con la enculada. , debe ser magnífico entrarle en el agujerito - yo iba poniéndome rojo de vergüenza sin decir ni una palabra con la mirada baja, mientras los dos machos hablaban de mí sin cortarse por tenerme delante, como si yo fuera la puta de un burdel. -Claro, le gusta le des por el culo. Yo ya empecé el trabajo, ahora tú con ese aparatote puedes terminar la faena y agrandárselo bien. - David no dejaba de tocarse el capullo, después de las últimas palabras de Tomás llevó sus dedos a mis labios y yo los besé. Estaban tan perfumados que parecía que estuviera besando una polla. -Ensalívasela, - me dijo Tomás. Me eché boca abajo encima del cipotón del rubio musculoso y me llené de su olor a polla y huevos sudados. Tenía dos pelotas enormes y peludas, bastante duras, que olían fuerte a entrepierna. Lo descapullé con los dedos mirando fascinado aquel cipote, la piel que le bajaba desnudando el capullo era gruesa y rosada. ¡No terminaba nunca de descender! David tenía una cabeza del pollon apenas más pequeña que un huevo de gallina, no sé era grandiosa, enorme. La besé, la lamí, le dí mordisquitos, me la tragué, la apreté con los labios, la chupé, la mamé, la engullí, la chupeteé con mucha saliva, la mojé, la acaricié, y sobre todo la saboreé. porque al estar sucia era mucho más sabroso su aroma y gusto que la de Tomás. Su tubo de carne estaba lleno de venas que lo rodeaban y se hinchaban a medida que se le ponía durísima. Tanto trabajo bucal excitó a David que sin ...