Mi primera vez como homosexual y terminé siendo sumiso
Fecha: 19/10/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... jadear. Entonces él me pegó una nalgada y me dijo -Grita como toda una puta, vamos, ¡grita! Cuando ya no aguantaba el dolor, terminó de meter su verga de un golpe. En ese instante no sentía mis piernas, no sentía mi trasero, sólo sentía cómo su verga caliente entraba en mí. -Ahora viene lo bueno. Comenzó a sacar y meter, al principio algo lento, pero luego siguió más rápido. Al pasar unos 5 minutos, comencé a gritar, pero ya no de dolor… ¡Estaba excitado! -Te gusta, ¿eh? Sabía que eras una verdadera puta, sabía que te iba a gustar mi verga. -Sí, me gusta, dame más duro, ¡quiero tu verga! Me hizo caso, comenzó más duro y comencé a gemir. Debo decir que me gustaba sentirme como su perra, me gustaba ser sumiso. Pasamos 10 minutos en esa posición, luego dejó de penetrarme, me dio la vuelta de un tirón, yo caí en la cama y él se tiró encima de mí. Lo besé, lo abracé y le dije al oído -Quiero seguir. Él me vio me abrazó y me cargó. Estoy seguro de que me miraba como su juguete, montado en él, abrazándolo con mis manos y sujetándome con mis piernas. Él acomodó su verga de nuevo y siguió penetrándome. Yo lo besaba, mientras sudaba y jadeaba por lo excitado que estaba. Fue ahí cuando me vine. Eyaculé a chorros, encima de mí y en el pecho de él. Eso al parecer lo excito, porque comencé a sentir como su pene se calentaba y se hinchaba un poco más. En eso me tiró a la cama, se quitó el condón; estaba a punto de eyacular también. -Ven, trágate mi leche, tómala toda. -¡Sí! Quiero tu leche ...
... en mi boca, dame tu leche. No más me puse enfrente y su verga explotó. Eran chorros y chorros de semen caliente. Cayeron en mi boca, en mi cara, en mi pecho, todo lo que podía me lo tragaba y no paraba de salir. Cuando terminó, volví a meter su verga a mi boca y terminé de exprimirle todo el semen. Después de eso lo abracé y le pedí que nos acostáramos, así, desnudos. Pensé que ya había terminado. -Bueno, levántate perra, que aún no he terminado contigo. Así abrazados me cargó y me llevó a su baño. -Qué… ¿Qué haremos ahora? -Te cogeré en la ducha. Llegamos y encendió la regadera. El agua estaba caliente, yo ya estaba cansado, me dolían las piernas, las nalgas y todo alrededor. -Date la vuelta, sé que te gustó mi verga, vamos por un poco más. Me penetró, pero ésta vez fue diferente, no tenía condón. Al principio me preocupé, pero luego comencé a excitarme de nuevo y ya no me importó. Se sentía bien estar en el agua, pegado a él, mientras su verga volvía a abrir mi ano. -Vente… -¿Qué dijiste? -Quiero que te vengas, quiero sentir tu leche caliente, ¡quiero que te vengas dentro de mí! Pegó un grito y volvió a soltar otro chorro de semen. Se sentía tan bien que yo también me vine. Seguido de nuestros orgasmos, nos salimos de la ducha, nos secamos y yo estaba que caía rendido. Estaba tan cansado, así que sólo me acosté en su cama desnudo, él también se acostó conmigo y me abrazo. Su pene quedo con mi trasero y nos dormimos. Al despertar, vi la hora, ya era muy tarde. Me cambié y él ...