1. No sé cómo ocurrió, ni cómo dejé que ocurriera 3


    Fecha: 29/11/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: palotess, Fuente: CuentoRelatos

    ... bastante notorio en su bóxer, se dirigía hacia donde yo estaba.
    
    Mi suegra seguía en el jardín, sentada en una hamaca viendo como Laura jugaba en su casita situada en el patio de la casa.
    
    Sin girarme hacia él, vi como abría el frigorífico y cogía el brik del zumo y daba un largo trago resbalándole un poco por la comisura de los labios. ¡Dios! No podía dejar de mirarle el bulto que se marcaba en su entrepierna.
    
    —Buenos días Tía Laura! Me dijo con esa sonrisa que me desarbolaba.
    
    —¿Qué tal has pasado la noche? ¡Anoche nos pasamos un poco!
    
    Capté la doble intención de su comentario. Notaba mis tetas cada vez más duras. Mi chocho empezaba a humedecerse. ¡Estaba como loca!
    
    —¿Qué quería esa putilla? ¡Le ha faltado quitarse las bragas y dártelas! Le dije bebiendo un sorbo del café.
    
    —¿Estás celosa Tía Laura? ¡Tú no hace falta que te quites las bragas! Dijo acariciándose el paquete y mirando detenidamente hacia mi entrepierna.
    
    —¿Celosa yo? ¡Esa golfilla no me llega ni a la suela del zapato! —Le dije enderezándome, siguiendo apoyada donde estaba y mirándolo descaradamente.
    
    —Ah no! —Dijo acercándose cada vez más a mí.
    
    —¿Y tú como lo sabes? —Dijo poniendo su mano en mi cadera.
    
    —¿Pues porque yo sí sé cómo tratar a un hombre y a ella todavía le falta un poco, no crees? —Me oí decir sin dejar de mirarle a la cara mientras su cuerpo rozaba el mío ya sin apenas espacio entre los dos. Di un trago a mi café y eché un vistazo por la ventana de la cocina hacia el ...
    ... exterior donde permanecían sin moverse mi suegra y mi niña.
    
    —Vamos a ver si es verdad que sabes cómo tratarme Tía Laura! —Dijo mientras agarraba mis nalgas y atrayéndome hacia él, restregaba mi cadera contra la suya haciéndome notar como estaba en ese momento.
    
    Le empujé hacia atrás y le di una bofetada que se oyó en toda la casa dejándole parado de momento y a mi jadeante con lo que acababa de hacer.
    
    —¿Te piensas que me tienes en celo igual que a esa putita? ¿Qué puedes follarme cuando quieras? —Le dije con toda la rabia de la que fui capaz.
    
    Sin decir una palabra me cogió del pelo y echó mi cabeza hacia atrás metiendo su lengua dentro de mi boca. Ante la sorpresa de su acción y el verme sujeta sin poder hacer mucho más que dejarme hacer, forcejeé con él mientras no dejaba de meter su lengua hasta los últimos rincones de mi boca mientras su mano izquierda entraba dentro de mi pantalón del pijama y llegaba hasta mi coño que no opuso resistencia a su entrada debido a la humedad que reinaba en él desde hacía bastante rato. Metió su dedo hasta el fondo de mi vagina y entre eso y el beso tan intenso mi cuerpo empezó a dejarse hacer sujetándole la mano para que no la sacase de donde estaba.
    
    Mi respiración comenzaba a agitarse mientras mi pecho subía y bajaba cada vez más rápido sintiendo el bamboleo de mis pechos con la excitación. En un momento de lucidez miré de nuevo hacia el jardín comprobando que todo seguía como estaba un rato antes. Mi suegra y mi hija seguían ...
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