el chacal del metro (el que busca encuentra) - Relatos Eróticos

el chacal del metro (el que busca encuentra)

... agitándose el pito. . - si. Por favor. Yo ya estaba en cuatro sobre el sillón abriéndome las nalgas para recibir verga. . - ¿te gusta, verdad? ¿Te gusta mi verga? . - sí, me encanta… ya métemela. . - espérate, putita. No es cuando tú quieras. ¿y quién te dijo que te pusiera de a perrito? . - nadie… . - ¿entonces? No te gusta obedecer ¿verdad? Se me hace que mejor no te la voy a meter. Por desobediente. . - ¡no!, perdóname… métemela, ¡métemela! Dije mientras veía su pitote gordo escurriendo le babita. De esa que sale para lubricar. . - te la voy a meter, putita, pero escúchame; no quiero que quejes muy fuerte porque los vecinos escuchan. . - si… lo prometo, pero ya métemela. Acepto. Saco un condón de su cajón, se lo puso y se acercó a mí. Sentí su cabeza rosándome la entrada de mi ano y mis nalgas se hicieron automáticamente hacia atrás para comérmela toda. Me tapo la boca con ambos manos y me la dejo ir por completo de un solo jalón. Sentí que me iba a desmayar de placer; puse los ojos en blanco y grite. . - ¡que te calles, hijo de tu puta madre! ¿Qué te dije? ¡Si no te callas te la voy a sacar! . - no, no me la saques… ya me callo, pero no me la saques. Pero yo seguía pujando pues él seguía metiéndome la verga con una fuerza increíble; adentro y afuera, una y otra vez. Las piernas se me doblaban y volví gritar. . - ¡ah, ah…. Ah! No mames, que rico. . - ¿te gusta? . - si… más fuerte. . - ¡ah! ¿Quieres más fuerte, puta? ¿Si la vas a aguantar o vas a seguir pujando como ...

... perra? Seguía envistiendo y mis nalgas haciendo ese típico ruido… clap, clap. No podía evitarlo; continuaba quejándome. Me dio una cachetada en la mejilla, luego me medio tres dedos en la boca para que no pudiera hacer ruido. . - que rico culo, pendejo. Ya viste; que tengo la verga bien dura… te gusta así ¿verdad?, si se ve que eres bien putita. ¿Cuántas vergas te comes al día? Dejo de moverse, me saco la verga y me abrió la nalga con ambas manos para abrirme el ano palpitándome. . - mira, mira como tienes el hoyito. Que rico; bien abiertito. ¿Quieres más verga? . - si. Síguemela metiendo. Me levanto del sillón y sin sacarme la verga en ningún momento me arrimo hacia una esquina del cuarto y sobre en la pared siguió dándome. . - ya me voy a venir… masturbarte para venirnos juntos. Obedecí y empecé a jalarme la. En ese momento, ante de que se viniera, fue cuando más fuerte daba las envestidas. Estábamos ambos cubiertos de sudor y apunto de eyacular. . - me avisas cuando ya te vayas a venir? . - pues ya, ya me voy a venir… Eyacule y solo un segundo después sentir como me saco la verga, se quitó el condón y eyaculo en mis nalgas. Se vino un chingo; su semen estaba caliente y viscoso, empezó a escurrirme por los muslos. . - ¿te gusto? ¿Alguna vez te habían cogido así? . - no. Nunca. Su semen que tenía en mis nalgas y piernas empezó a caer al suelo. . - me vas a limpiar todo eso ¿eh? O si no te vas. Pero me lo limpias con la lengüita, al fin y al cabo se ve que te gusta comerme los ...