El Diario del Trotamundos (Episodio 1) - Relatos Eróticos

El Diario del Trotamundos (Episodio 1)

... como mujer hacía apenas un par de meses por sugerencia de América y que solo hacía para salir de fiesta; debo reconocer que a mi me había sorprendido que ella aceptara ser travesti ocasional, cosa que contrastaba con sus facciones, su forma de actuar, hasta el aroma de su perfume, todo indicaba que ella era una mujer hecha y derecha. Después de un par de cervezas y que América había desaparecido, comencé a acercarme mas a Arleth, hasta que no pude contenerme mas y tímidamente la bese en la comisura de sus labios mientras tomaba su mano izquierda, la cual tenía ella sobre su pierna, en ese momento el hielo se rompió y sin mediar palabras, ella correspondió a ese beso con aun mas intensidad, como si no hubiera mañana comenzamos a devorarnos nuestras bocas, nuestras lenguas se entrelazaban y una extraña mezcla entre el sabor de la cerveza que había en mi boca y el gloss sabor cereza de los labos de mi apasionada acompañante hacía que perdiera noción de todo, - ¿Crees que sea muy pronto para irnos a otro lugar más tranquilo?, le dije a Arleth y ella solo se puso de pie, tomo mi mano y me jaló para que salieramos de inmediato; esa rutina de besos se repitió al menos un par de veces más hasta que llegamos a mi coche, le abrí gentilmente la puerta y la ayude a subir, después subí yo y le propuse que nos fueramos a un hotel cercano que yo conocía, ella me miró con una sonrisa picara y puso su mano sobre mi entrepierna como forma de aprobar mi propuesta; era un trayecto corto, pero ...

... en ese viaje aproveche un semaforo en rojo para besarla nuevamente mientras metía mi mano por debajo de su falda, noté como su pantaleta estaba ligeramente mojada por un liquido viscoso, mis dedos en ese momento se metieron por debajo de la tela de su lencería y pude sentir como su pequeño pene estaba mojado, comencé a acariciarlo y moverlo un poco, cuando escuché el claxón del coche de atrás de nosotros exigiéndonos que avanzaramos. Llegamos al hotel, pagué las noche y apenas entramos a la habitación, tome a mi seductora acompañante y la arroje hacía la cama, ella quedó sentada en una de las orillas y en ese momento comencé a desnudarla poco a poco, primero quité sus zapatillas mientras masajeaba y daba pequeños besos a sus pies, poco a poco iba subiendo por sus piernas con besos y pequeños lenguetazos, mientras ella acariciaba mi cabeza con sus suaves manos decoradas con unas duras largas de acrílico, al llenar a su entrepierna primero quité las medias, y levanté su vestido, ahí pude observar una tanga en color negra con algo de pedrería que la decoraba, primero comencé a lamer suavemente sobre la tela humedecida de su tanga mientras uno de mis dedos se colaba travieso por el hilo que protegía la división de sus nalgas, ella comenzaba a gemir suavemente mientras con cada lenguetazo mío clavaba sus uñas en mi espalda, finalmente bajé su tanga hasta las rodillas y me dí de lleno a la tarea su chupar ese pequeño pene y el par de pequeños testículos que le acompañaban, su pene ...