Volver a salir con mi mejor amiga
Fecha: 04/12/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos
... rato.
Yo creí morirme de vergüenza. Estaba totalmente paralizada. No entendía cómo podía haber podido ocurrir todo eso, como me había dejado llevar hasta ese límite. Además, de alguna forma mi orgasmo se había visto interrumpido en su estallido final. Rober adivinando mis pensamientos tiró de mí tratando de salir de allí lo antes posible. Cuando llegamos al cruce con una avenida principal ambos pudimos escuchar a lo lejos los gritos provenientes del fondo de la calle…
.-“¡¡¡DALE DURO!!!” escuchamos entre absurdas risitas.
Por suerte pasó un taxi que Rober detuvo nada más verlo. Yo continuaba muerta de vergüenza, sin poder evitar pensar en lo que había sucedido. Necesitaba pensar, pero ninguna idea coherente surgía de mi cabeza. Por primera vez advertí que me dolía la cabeza como si me fuera a estallar. Nunca más volveré a beber tanto. Tan sólo recuerdo entrar en el taxi y caer adormilada, tratando de que parase el maldito dolor de cabeza y tratando de calmar mis nervios y mi bochorno. Rober me abrazó contra su hombro, gesto que agradecí en esos momentos. De vez en cuando abría los ojos y veía pasar los edificios y las luces de los semáforos sin saber por qué calles circulaba.
En un momento ...
... dado, pude ver mi reflejo en el cristal de la ventanilla, mi pelo estaba totalmente revuelto y enmarañado. Tenía un aspecto horrible. Incluso creo recordar que uno de los tirantes del vestido cayó de nuevo desnudando uno de mis hombros durante todo el trayecto.
Cuando se detuvo el taxi abrí los ojos para ver que habíamos llegado a la puerta de casa. Mi casa. Rober me devolvió entonces mi bolso, debía haber mirado la dirección en mi DNI. Aquel gesto de caballerosidad sí que fue inesperado. Después, solo nos miramos fijamente a los ojos sin decir nada hasta que él se acercó lentamente y me besó por última vez.
-“Anda vete. Ya es muy tarde” Esas fueron sus palabras antes de abrirme la puerta del taxi.
Cuando desperté estaba sola en casa, mi esposo me había dejado una nota:
“Nos vamos a comer a casa de mis padres. Descansa”.
Así que tuve todo el domingo para ducharme, reponerme y ordenar mis sentimientos. Pero yo, cuando necesito pensar siempre hago lo mismo, limpiar. Eso me ayuda, no sé porqué, pero entonces, al vaciar mi bolso vi una tarjeta de visita.
Roberto Serrano Castillo
Marketing Manager
Carrión Renting Company
Me quedé de piedra, Rober estaría en la Feria del Automóvil…