La muñeca de papá Capítulo I: El muñequero
Fecha: 08/12/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: LegiónOscura, Fuente: SexoSinTabues
... pezón- seré tu hombre de ahora en delante pero me seguirás diciendo “papi”, lo único que debes hacer es someterte y ser obediente –Vanessa me miró intensamente y sus verdes pupilas se cavaron como dos dagas en mi alma. -Si hago lo que dices ¿Dejaras de llorar por las noches? –ella también sabía que el recuerdo de Martha aun me perseguía como un horrible fantasma. -Claro –Vanessa dejó de aplicar fuerza y sus manos se quedaron flácidas a los costados de su cabeza –muy bien Vane, tu primero orgasmo será para tu padre –le baje los pantalones y le quite su panty azul pastel. Arremangué su top hasta sus axilas y sus pechos quedaron al aire, hipnotizantes y firmes. Su areola, ligeramente más oscura, perfectamente redondeada y bordeando un erecto pezón que pedía a gritos mis pellizcos. Quería que mi bebé disfrutara al máximo, así que me senté contra la cómoda de la cama y la hice sentarse sobre mí, al principio con un poco de miedo, pero finalmente logró acomodarse cómodamente sobre mí. Me echó los brazos al cuello. La besé nuevamente mientras mi mano buscaba sus delicados labios vaginales. Encontré en mi camino su clítoris y lo tomé sin miramientos. Lo jugué entre mis dedos como una canica, con un movimiento lento pero contúndete. El gemido de Vane, al tener su sexo acariciado por su propio padre, terminó por desatarme. Toda su piel se erizó, comencé a juguetear con su vagina que tardó un poco en empaparse, pero luego de unos minutos, uno rio de fluidos le ...
... bajaba por el muslo, manchando mis piernas. Sus dulces gemidos llenaron la habitación, el calor que salía de su piel eliminó todo el frio alrededor. -¿Te gusta muñequita? ¿Te gusta lo que papi te está haciendo? –ella no respondió pero tampoco me importó mucho. Comenzó a mover sus caderas suavemente, golpeando su pubis contra mi cintura. Su respiración me daba de lleno en la cara en los pocos lapsos en los que no la besaba. Nuestras lenguas volvieron a encontrarse, mordí la suya con un poco de fuerza pero no detuve mis dedos. Sus gemidos brotaban como agua de una fuente: rápidos, altos y un tanto agudos. Justo cuando introduje mi dedo medio en su vagina, Vanessa se corrió. Sus piernas se contrajeron y su vagina se cerró involuntariamente alrededor de mi dedo. El orgasmo la atravesó con fuerza, me mordió el hombro mientras su cadera se convulsionaba deliciosamente. Un chorro de lubricación me llenó la cintura y la ropa interior. Saqué mi dedo de su cálido interior. -Limpia lo que usaste –le di a probar sus propios jugos pero ella apenas si lamió algo, demasiado agotada por su primer orgasmo, dejo caer la cabeza en mi hombro- supongo que no se puede evitar. Termine de desvestirla para dejarla descansar junto a mí. También entré bajo las sabanas y comencé a acariciar su cabello. -Duerme Vane, aun tengo muchos planes para ti –me incomodaba un poco la erección en mis pantalones pero decidí guardarla para cuando despertara mi pequeña muñeca. Fin de capítulo I