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El Campamento - Parte 1
Fecha: 08/12/2020, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: CuentoRelatos
... gordito, con piernas anchas y un trasero grande que jamás me había dignado a apreciar en el pasado. Arturo era un intermedio entre los dos, ni tan fornido ni tan gordito, una perfecta combinación de ambos cuerpos, con unas nalgas que para mí sorpresa empezaron a ponerme el pene duro nuevamente. ¡¿Qué diablos me estaba pasando?! ¿Por qué ahora miraba con deseo a mis amigos? Me sentía muy confundido… Era como si se me hubiera caído una venda que había llevado en los ojos toda mi vida y que me había impedido ver las cosas claramente. Entonces la puerta de la cabaña se abrió nuevamente y Jordán entró en silencio, sin siquiera mirarnos, y se dirigió de frente al baño. A pesar de que intenté no mirarlo, no pude evitar que mis ojos siguieran y registraran todo su cuerpo, en especial aquellas nalgas blancas que había visto hace poco en todo su esplendor. ―Bueno ¿Quién va primero? ―preguntó Cristian. ―Hay que regirnos ―dijo Arturo, y todos se volvieron hacia mí. ―Yo ya me di un baño ―respondí nervioso. Mis tres amigos empezaron a discutir para ver quien entraría primero, mientras mis ojos seguían inspeccionando sus cuerpos semidesnudos, apreciando ahora los paquetes que escondían entre sus pantalones. ―Yo gané ―exclamó Cristian―. Iré primero. Entonces todos empezaron a quitarse lo poco que les quedaba de ropa, quedándose completamente desnudos frente a mí. Había visto a mis amigos desnudos muchas veces en el pasado, pero en ese momento me sentía ...
... como si fuera la primera vez que los veía, ya que era realmente la primera vez que observaba a detalle cada centímetro de sus cuerpos. Cristian, quien era el menos pudoroso de los cuatro, fue el único que no se envolvió de inmediato con una toalla, al contrario, se quedó completamente desnudo frente a nosotros, con su toalla sobre sus hombros, dejando a la luz un suculento pedazo de carne que colgaba provocador entre sus piernas. Por casi un minuto entero no pude despegar mis ojos de su pene semi-erecto, balanceándose de un lado a otro con cada paso que daba. Era como si aquel pene tuviera algún tipo de campo de atracción que me impedía separar la vista de él. Felizmente mi Cristian pareció no notar mi poco discreta mirada. Luego de unos minutos más, Jordán salió del baño y se dirigió hasta su cama, empezando a sacarse la ropa también. Todos los demás lo ignoraron como siempre, pero yo por más que lo intente no pude, mis ojos se iban hacia su cuerpo, motivados por aquellas imágenes que aún se repetían en mi cabeza. Me costó mucho lograr tranquilizarme y hacer que se me bajara la erección, y una vez que todos terminaron de bañarse y cambiarse todo fue más fácil. ―Hey chicos… a que no saben que tengo aquí ―exclamó Arturo, sacando dos termos de su mochila. ―¿Café caliente? ―Nooo… ―susurró y luego abrió uno de los termos y se lo extendió a Cristian. ―¿RON? ―exclamó éste al oler el líquido que había dentro del termo―… eres un genio. ―¿Nos pondremos a ...