1. Visitas a mi vecino (Mano a mano)


    Fecha: 20/10/2017, Categorías: Anal Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    Después de estar un rato mirándole desde la puerta, decidió acercarse, para comprobar si se había quedado dormido o, simplemente, descansaba tendido boca abajo.
    
    Con mucha delicadeza, apoyó la mano en su hombro, e intentó despertarle.
    
    - ¡Diego!, ¡Dieguito!… ¿estás dormido?… ¡despierta!... ¡vamos!...
    
    Pero, Diego no contestaba...
    
    Sin dejar de mirarle, estuvo esperando a que reaccionara, durante unos minutos; pero, el chico parecía dormido profundamente.
    
    Y, poco a poco, fue bajando la mano, lleno de excitación; sin despegar la vista de ese precioso culo, hasta que estuvo a la altura de la cinturilla de los calzoncillos. Entonces, cerró los ojos y se mordió los labios, quieto como una estatua. Y con la polla, a punto de estallarle, se situó convenientemente, para tirar de un pernil de los calzoncillos, que levantó cuidadosamente, para dejar al descubierto ese precioso ojete; en el que metió la nariz, una y otra vez…
    
    ... y luego, la lengua; para saborearlo y degustarlo, durante un buen rato.
    
    Pero, oyó que alguien estaba llamando a la puerta.
    
    - ¡Cago en la!…
    
    … no puede ser, ¡joder! Si solo son las... 19:55, dijo, mirando el reloj de la mesilla...
    
    Y abrió la puerta, sin poder disimular su cabreo.
    
    - ¡Ah!, ¿eres tú?…
    
    ... ¡pasa!, ¡pasa!…
    
    ¡Que pronto!, ¿no?; y le hizo pasar al salón...
    
    - ¿Estás solo?
    
    - ¡No!…
    
    Y lo dejó sentado en el sofá mientras entraba en el cuarto de baño, para darse una ducha rápida...
    
    … pero, enseguida, apareció ...
    ... completamente desnudo y secándose la cabeza…
    
    - ¿Cómo es que vienes a estas horas?
    
    - Porque, David se ha quedado en casa; y le he pedido que me sustituya en la portería.
    
    - ¡Ah!… ¡ya decía yo!...
    
    Vicente le miraba fijamente, mientras se secaba; disfrutando de la desnudez de su cuerpo.
    
    - ¡Joder!, ¡cómo me gustas!, Lucas… ¡vaya cuerpazo!
    
    Entonces, Lucas se acercó a él, dejando la toalla sobre el sofá, y se inclinó para decirle al oído, que le tenía una sorpresa.
    
    Pero, Vicente, como no podía estarse quieto, le agarró de la cintura y se lo echó encima.
    
    - ¡Ven aquí, joder!… ¡que me tienes loco!...
    
    … y empezó a manosearle.
    
    Lucas, a quién ya se le estaba pasando el cabreo, se sintió muy halagado. Y decidió disfrutar de sus manos traviesas, durante unos minutos…
    
    Pero, pasados estos; con cierto tacto, le cogió de la mano, y tiró de él.
    
    - ¡Ven conmigo!, ¡anda!…
    
    … ¡que quiero que veas algo!
    
    Diego estaba tendido sobre la cama, dejando a la vista ese precioso culo. Y cuando lo vio Vicente; sin dejar de mirarle, le preguntó a Lucas
    
    - ¿Quién es ese?
    
    - ¡Mi sobrino, Diego!… ¿te gusta?
    
    - ¡Ya lo creo!, ¡menudo polvo tiene!
    
    Le miró a los ojos, mordiéndose el labio inferior; y moviendo la cabeza, ligeramente, de un lado a otro, exclamó...
    
    - ¡Madre, mía!, ¡qué cosa!...
    
    - ¿Verdad?
    
    - ¡Ya te digo!…
    
    Intentó agarrarle el culo, pasándole la mano por detrás. Pero, se le escapó, adelantándose, para comprobar si Diego continuaba dormido. Y, ...
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