Una Rusa con los pies mas poderosos que he visto
Fecha: 15/12/2020,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... inesperado accidente. Al sentir un alivio repentino en su pie izquierdo, la rusa se animo a sacar su otro pie de la sofocante sandalia que la cubría, y graciosamente lo coloco sobre ella y se dispuso a efectuar una serie de ejercicios relajatorios con sus inquietos dedos. Motivado y embargado por la alegría ante tan impresionate espectáculo, no podía creer lo que estaba presenciando, y mi grado de excitación era máximo, "pero masima mm pirri"
No teniendo suficiente con esto, la rusa bajo su pierna izquierda que hasta este momento se había mantenido cruzada sobre la derecha, y puso su pie al lado de aquella sandalia que se encontraba desahuciada boca abajo sobre el piso.
Con una maestría digna de una mujer domina el mundo con sus pies, empuño sus dedos en forma de garra y agarro la sandalia de un costado para darle vuelta, finamente la coloco en la posición indicada para posar en seguida su delicioso y tenaz pie.
Que pie mas ingenioso verdad!
Ahora tenia sus dos piernas pegadas, una al loado de la otra y sus iperactivos dedos no paraban de moverse, abriendose y encaramandose los unos sobre los otros. El meñique era probablemente el mas juguetón y saltarín de todos ya que por momentos se ponía a rascar la plantilla de la sandalia que permanecía debajo de su pie desnudo, se subía encima de los otros dedos e incluso bailaba al compás de alguna polca que sonaba de fondo en la cabeza de la rusa.
Yo me había enamorado por completo de aquellos entusiastas y amenos ...
... "piesotes" que se divertían sin descanso y llenaban de ilusiones y sueños pervertidos y fetiches a mi mente.
Luego de una incesante lucha con mi pene por aguantar y no terminar eyaculando en mi pantalón, la rusa asesina y castigadora, se empezó a dar cuenta que mis ojos le comían cada esquina y recoveco de sus artísticos pies baletistas Y a pesar que la rusa me volvió a ver extrañada y sorprendida, yo no fui capas de despegar mi mirada de sus pies. Es que eran muy grandes, y muy jacarandosos!
Yo no podía esconder que aquellos pies arrabaleros me provocaban una excitación sexual incontenible y que la perversión en mi mirada y el enorme bulto en mi pantalón eran evidentes.
Sin ningún escrúpulo, la rusa continuo danzando con sus dedos y quedándose por momento en puntillas para enseñarme sus maravillosas plantas.
El momento mas inverosímil y emocionante, lo viví cuando ella fue arrastrando su pie por el suelo hasta llegar a la pata de hierro que servia de soporte para el pupitre que se encontraba al frente de ella.
Coloco sus impactantes dedos sobre la barra y sobo despiadadamente de abajo hacia arriaba, como masturbando el rollizo y frío hierro. La extensión de sus dedos le permitía enrollar por completo la pata trasera del pupitre y por lo hinchado de sus venas se podía adivinar que la rusa ejercía una mucha fuerza con ellos.
Parecía como si el sudor provocado por el intenso calor se transformaba en lubricante y ayudaba a deslizar con facilidad su pie sobre el ...