1. Consolando a Lucía


    Fecha: 20/10/2017, Categorías: Incesto Autor: andrewotero, Fuente: CuentoRelatos

    ... llorando, me contó que estaba desesperada, pues no sabía si Paula había alcanzado a escuchar por donde estaba. Inclusive me abrazo mientras yo no sabía qué hacer, para consolarla la abracé también, mientras podía sentir sus pechos presionados contra mí.
    
    —Vamos, no llores, le dije, mientras secaba sus lágrimas.
    
    —No puedo, me contestó, es que solo a mí me pasan estas cosas, primero lo de Juan –su ex–, dificultades en el trabajo, y ahora esto.
    
    —La vida no es fácil, le dije, pero es de valientes luchar y salir adelante. Claro parecía una frase sacada de una tarjeta, pero fue lo primero que se me ocurrió.
    
    —Gracias por tus palabras, me dijo, mientras intentaba calmarse.
    
    En ese momento creo que habíamos conversado más que todas las veces juntas que los habíamos visto antes.
    
    Por alguna extraña razón la veía muy atractiva, pues consolar a una mujer que está llorando te hace sentir como más protector y a ella tan frágil, lo cual tiene un toque de sensualidad.
    
    Vestía un pantalón de mezclilla verde, el cual se ajustaba a su nueva figura muy bien, resaltando su cintura, destacando sus caderas y mostrando su trasero un tanto levantado y tentador. Llevaba unos botines pequeños, lo cual ayudaba al efecto se levanta cola. Llevaba una blusa blanca semi transparente, por fuera del pantalón, sin mangas, y que permitía apreciar el sujetador de color blanco que llevaba. Su blusa se había soltado el botón superior, lo cual me permitía apreciar sus pechos de una forma muy ...
    ... sexy.
    
    Llevaba el cabello suelto, como ya no se arreglaba mucho, sus labios estaban sin labial, y sus ojos los llevaba sin sombras.
    
    Pero por efecto de lo que había llorado, su nariz estaba roja. Sus labios estaban de un color rosa natural muy sensual. Y sus ojos hinchados de tanto llorar se los veía brillantes por las lágrimas que tenía.
    
    Como digo, al estar en ese rol de protector, salvador y consolador, pues lo único que me provocaba era abrasarla y decirle que todo estará bien. Y así lo hice, ella necesitada que estaba, se dejó.
    
    Luego la solté y me puse a limpiarle las lágrimas y terminé dándole un beso en la frente, en señal de protección.
    
    —Paula tiene mucha suerte de tener alguien como tú
    
    En cambio yo, ni retener a un hombre he podido, me dijo
    
    —Pero que dices, él es el que no sabe lo que deja abandonado, se pierde todo esto que tengo al frente, le reproché
    
    —Jamás voy a encontrar a nadie que me comprenda, comentó
    
    —Solo mírate, y discúlpame que te lo diga, muy buena, tienes una figura espectacular, tu cara es bonita y si te arreglas un poquito la harás ver más bonita todavía, estaba diciendo
    
    No terminaba de decir lo que pensaba, cuando ella de un brinco, ya que mide 1,65 aproximadamente y yo mido 1,80. Me abrazó por el cuello y me dio un beso en la boca.
    
    No me lo esperaba, me cogió de sorpresa, yo con los brazos abiertos mientras asimilaba lo que estaba sucediendo.
    
    El beso debe haber durado mucho, ya que me dio tiempo a reaccionar, y ...