1. La mujer más fiel del mundo


    Fecha: 18/12/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Laura tenía 38 años, era ama de casa, madre de dos hijos de 10 y 18 años y llevaba 19 años casada con Fernando, un camionero de 43 años. Nuestra protagonista tenía el pelo castaño, los ojos marrones, un rostro ovalado con algunas pecas, la boca pequeña y los labios gruesos. Medía 164 cm, pesaba 72 kilos y, a pesar de tener unas pocas arrugas propias de la edad y algunos michelines que le regalaron los embarazos, seguía siendo guapa y conservaba su redondeado culo y sus enormes tetas. Su marido, sin embargo, había envejecido peor y entre la gran barriga cervecera que había acumulado y la diminuta polla(unos 12 cm) que siempre había tenido, ya no conseguía proporcionarle tanto placer en la cama como antes. A pesar de ello, Laura lo seguía queriendo casi como el primer día y, al fin y al cabo, ella nunca le había dado mucha importancia al sexo: había llegado virgen al matrimonio, Fernando había sido el único hombre en su vida y ella con un polvo rápido los sábados se daba por satisfecha. De lo único que se quejaba era de su vida de esclava, pero ya se había resignado y, al fin y al cabo, no cambiaría la feliz familia que había formado por nada del mundo.
    
    Laura era de pueblo y seguía teniendo una mentalidad antigua. Para ella las mujeres estaban hechas para estar en casa y, por mucho que le dijera su amiga Maribel que lo mejor es ser una mujer independiente y trabajadora, nada la haría cambiar de opinión. Además, el matrimonio era sagrado y opinaba que el divorcio era la ...
    ... consecuencia del poco aguante de las parejas de hoy en día y de que, en la actualidad, los novios mantienen relaciones antes del matrimonio y eso provoca que al casarse ya estén cansados el uno del otro. El único motivo que justificaría un divorcio sería el maltrato y la infidelidad. Para Laura ser fiel era algo sagrado y unos cuernos sería imperdonables. Por mucho que su prima Consuelo le hablase de las ventajas de mantener una relación abierta sexualmente hablando, Laura jamás cambiaría su parecer. Pero Carlos y sus 23 centímetros le hicieron tragarse sus palabras el pasado verano.
    
    El mes de junio estaba siendo muy caluroso y su hijo mayor había vuelto tras su primer año en la universidad, pero no llegó solo. Lo acompañaba su nuevo amigo que se encontraba en su último año de carrera y que se disponía a pasar el verano con ellos. Carlos medía 175 cm, era de piel bronceada, pelo castaño, ojos color miel, nariz aguileña, dientes perfectos, una sonrisa linda y simpática, un lunar muy sexy sobre sus carnosos labios, piernas torneadas, brazos musculosos, abdominales marcados, un pendiente en la oreja, un culo prieto y un bonito tatuaje en la espalda que Laura pudo apreciar cuando fueron a la playa. El chico parecía simpático, bastante pijo y muy agradable y educado. Sin embargo, Laura lo había escuchado hablar a solas con su hijo y su personalidad era bien distinta: un chulo machista que fumaba porros y se jactaba de poder follarse a cualquier chica que le apeteciera. A pesar de ...
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