1. Berenice causa de mi locura


    Fecha: 21/12/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos

    ... boca, froté sus labios y Berenice parecía no darse por enterada. Decidí continuar mi descenso y pase de su barbilla a su garganta camino a su pecho, me detuve un poco frotando y esperando una reacción, que no ocurrió. Los pies me sudaban hasta sentirlos mojados, ni quería acercarlos a los de ella, cosa que hacía con Amelia y me encantaba frotar sus piecitos con mis pies. Bajé hasta su vientre me elevé de nuevo haciendo contacto con una de sus tetas, Berenice tenía un poco más grandes las tetas que su madre. Eran deliciosamente esponjadas. Mi erección era cada vez más fuerte mi pijama se levantaba como tienda de campaña.
    
    Y regresé a su vientre me entretuve insertando un dedo en su ombligo, nada parecía despertar a mi bella hija. Con el corazón a punto de estallar bajé mi mano y la pose justo en su intimidad, durante algunos instantes, pensé tantas cosas. Bere había sido casada así que no era virgen, era tan mundana como yo, quizá hasta buena gozadora de las mieles del sexo. Había renunciado a ese placer desde hacía mucho tiempo. Hasta llegué a pensar que mi arpón estaba muerto. Pero en este momento me demostraba lo equivocado que estaba, se erguía potente y vigoroso, ansioso por penetrar un húmedo orificio. Un orificio que estaba a unos centímetros de distancia, atormentando mis ansias de macho abstemio. Temblaba mi mano como un enfermo, al esquivar el escudo que representaban sus pantaletas. Temía por la humedad de mi mano que impedía deslizarla hacia sus adentros. Sin ...
    ... embargo, logre meterla y posarla en la áspera alfombra de su pelambre. De nuevo sentí la emoción que causaba estrujar los rizos entre mi mano. Sobé su montecito de forma ligera enterrando mi mano poco a poco en su a poblada zona púbica hasta que encontré la “la rayita” divisora de su vagina. Deslicé mi dedo en ella deseoso inconsciente. Sin medir consecuencias, estaba desatado loco febril. Escarbe en su cosita deleitándome en ello sin importarme si despertaba a o no, sentí tan deliciosa aquella humedad que me vine, cerré mis ojos y expulse una cantidad increíble de semen. Resoplé aturdido saqué mi mano de sus pantaletas y apreté mi tranca con fuerza queriendo hallar consuelo a mi ahogada pasión. Me relajé tanto que me quedé dormido tan profundamente, que contrario a mi costumbre desperté a las 9 de la mañana, me levanté rápidamente, tenía una rutina muy definida y estaba atrasado en ella. La luz del día alumbraba cada rincón de la habitación, un enorme ventanal cara al sol responsable de ello. Frente a la cama me quedé observando la descubierta figura de Berenice adornando mi lecho, me fue imposible apartar mí vista de su entrepierna, dios esta chiquilla me va a volver loco. Su travieso calzón se había incrustado entre los labios de su vagina, revelando con más claridad su adorado escondite. Alcé las sabanas y la cubrí antes de salir de la habitación. Fui hacer algunas compras y alimentos que sentí nos harían falta, no sabía cuánto tiempo permanecería aquí, pero era necesario ...
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