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Suggar Daddy (Parte 2)
Fecha: 24/12/2020, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues
... Sus manos me sostenían cada nalga, moviéndolas y levantándolas para mamarme la verga a su placer. Amaba sentir su barba raspar entre mis nalgas y entre mis piernas. A veces tosía cuando me enterraba su verga tan profundo, pero me obligaba a tragar más, casi como si fuera un reto personal. Y es que ese trozo de carne valía el riesgo de morir ahogado. Acariciaba sus testículos, que estaba gordos y rebosantes, completamente deseosos de vaciarse en mí. Mordí mi labio inferior cuando sentí su dedo explorando mi ano. Lo estrangulé de manera erótica y empujé mi cadera para tragarlo completamente. Gerard me nalgueó complacido. Me moví de forma circular sobre su dedo, disfrutando la manera en que se frotaba dentro de mí. Cuando lo sacó para lubricar y volver con dos, extraje un chorro de pre-semen de su verga y me lo embarré en la entrada. Gerard hizo los mismo con mi pene, de menara que cuando sus dedos arremetieron, se deslizaron sin molestia alguna. Sus dedos gruesos llenaban mi canal, haciéndome sentir completo y lleno. Mordió mi nalga derecha mientras introducía sus dedos hasta los nudillos. Con la izquierda jugaba con mis testículos y mi verga. -Quiero hacer algo –me dijo con la respiración agitada. Me dio una fuerte nalgada y quitó sus dedos de mi interior dejando un vacío. Me quitó sobre él y se levantó. Me tomó de la mano y me llevó hasta el living. Tanto su poderosa verga como la mía, apuntaban amenazantes al cielo. Me detuve cuando lo vi caminar hacia el gran ventanal. ...
... Subió la cortina y la luz de la luna nos bañó. Mi piel se veía aún más blanca y perlada. Se giró y me habló. -Hagámoslo en el balcón –dijo. La luz acariciaba la mitad de su fuerte cuerpo. Unos estupendos hoyuelos se marcaron en las nalgas-. Nadie nos verá. -¿Qué? –pregunté sorprendido, aunque una luz lujuriosa se encendió en mí. -Vamos… Son casi las 1 de la mañana. Nadie estará pendiente de lo que pasa en la ventana de un edificio gigante –dijo con una sonrisa infantil y traviesa-. Además, la vista es hermosa y el viento está delicioso. Abrió la ventana y una calidad pero refrescante brisa nos acarició. Se acercó a mí enterrando su verga húmeda en mi abdomen, se inclinó y me besó. Sin soltarnos, me llevó caminando hasta que nuestros cuerpos se expusieron al mundo. Era inexplicable esa sensación de adrenalina y libertad. El cielo estrellado sería nuestro motel y la luna el testigo. El fuego comenzó a quemarme desde adentro, empujándome a hacer esa locura. Definitivamente es algo que ustedes deben probar algún día. Me giró y me empujó contra la baranda del balcón. Su vientre se apegó a mi espalda y su verga descansó sobre mi trasero. Era alucinante lo hermoso que se veía el paisaje: el bosque era iluminado por la luz plateada de la luna y, al fondo, las luces de la ciudad titilaban como su fuesen miles de luciérnagas. Me sentía como si fuese más grande que el mundo. Y, su piel contra mi espalda, sumado a sus besos en el cuello, me decían que, en ese momento, lo era. De pronto se ...