1. Suggar Daddy (Parte 2)


    Fecha: 24/12/2020, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... arrodilló. Su mano envolvió mi cadera y la tiró hacia él. Separó mis piernas y se hundió entre mis nalgas. Tuve que afirmarme para no caer porque mis piernas se volvieron humo. Con sus dedos separaba mi carne e introducía su lengua hasta los lugares más recónditos. Se levantó dando pequeños besos a lo largo de mi columna vertebral y afirmó su cabeza en mi hombro. Con su mano izquierda tomó mi nalga izquierda, y abrió espacio para que con su mano derecha dirigiera su verga. El calor que emanaba ese glande era preocupantes. Y era delicioso la frescura del viento cuando tocaba mi ano húmedo. En el momento que su glande besaba mi agujero, tomé aire y esperé. El dolor no tardó cuando su carne se comenzó a abrir paso. Era un dolor fuerte, agudo y que se propagaba por mi interior. Quedé sin aire y cerré los ojos. Estuve a punto de abortar la misión, pero sabía que después de eso vendría lo mejor. -No aprietes aún, Carlitos, mi vida –me susurró en la oreja, derritiéndome por dentro-. Relaja es culito y recíbeme dentro de ti. Exhalé relajando mi cuerpo y, por arte de magia, sentí su glande deslizándose en mi interior. A continuación, Gerard me envolvió su cuerpo y quedamos afirmados mirando la ciudad. Mordió mi oreja mientras sentí cómo se iba hundiendo su verga más y más profundo. A veces, como acto reflejo, mi recto se estrangulaba alrededor de su pene provocando que ambos gimiéramos. En algunas ocasiones proferí algunos gemidos por el dolor, pero Gerard sabia como contenerme y ...
    ... darme fuerzas. Cuando por fin su verga hizo tope, pasó sus manos por debajo de mi axila y atrapó mis tetillas. Mordió mi cuello y apretó mis tetillas mientras comenzaba a taladrarme el culo. No pude contener el grito que salió de mi boca. Era una mezcla diabólica entre dolor y placer. Me estaba haciendo adicto al dolor. Todo el placer que sentía después del dolor, era intensificado por mil. Y en ese momento sentía mucho ambos. Tuve que levantar mi pierna y apoyarla sobre uno de los barrotes del balcón para abrir mi estrecho culo debido al grosor de la verga de Gerard. Era inquietante pero delicioso la forma en que mi interior se adhería a la piel de su verga. Casi sentí que me voltearía de dentro hacia afuera. Pero era genial, y me ponía a mil que Gerard disfrutara con eso. Me envolvía de morbo sentir que mi cuerpo era usado para su placer. ¿Les ha pasado? Con cada caricia, con cada embestida y con cada beso sentía su agradecimiento por entregarme a él. Su glande me llenaba por dentro frotándose en todos los puntos de sensibilidad posible. En ese momento, sentía fuegos artificiales en mi culo gracias a sus movimientos. De pronto sentí que me orinaba, pero esa sensación fue acompañada por una corriente eléctrica enorme que me nubló la vista. Rápidamente su mano cubrió mi boca y comenzó a acelerar la velocidad de sus embestidas para hacerme ver estrellas de placer. No era orina, sino que una cantidad alucinante de semen que salió disparada del balcón para volar por el aire y bañar ...
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