Gracias a FBook
Fecha: 26/12/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Crisbis, Fuente: SexoSinTabues
Esta historia es real Mi nombre es I…, Tengo 57 años, esto pasó hace 5 pero empezó hace muchos años y hace 7 siguió gracias a facebook. En mi viaje de egresados conocí a Raúl, un chico de Rosario. No pasó nada, por la educación muy represiva que recibí, aunque me hubiera gustado. Un tiempo después me escribió, pero no me animé a seguir y nunca le contesté. Hace 7 años, recibí un mensaje por Facebook de Raúl D. B. , preguntándome si yo era I. , que vivía en la calle N 440. Hasta de mi vieja dirección se acordaba. Me contó que estaba casado, tenía un hijo, yo le conté de mi matrimonio y mis dos hijos. En fin, entablamos una amistad por FB. Le conté a mi marido, él confiaba ciegamente en mí, por lo que lo aceptó naturalmente. Con el tiempo esa amistad se hizo más fuerte, y un año después Raúl vino a Buenos Aires un par de días solo. Yo ya estaba de vacaciones, así que le hice esos dos días de guía turística. Mi marido, pobre confiado, incluso encontró un hotel de pasajeros cerca de casa y una noche fuimos a cenar los tres, el iluso lo tomó realmente como una amistad inocente. Con el tiempo fuimos intimando más, inclusive nos escribíamos varias veces por semana, también whatsapp y algunas veces hablábamos por teléfono. Nos encontramos a escondidas algunas veces, yo le mentía a mi marido con la complicidad de M y S, mis dos cómplices en esto, hasta que en un momento decidimos ir por más. Aprovechando que mi marido iba a viajar por trabajo, coordiné con Raúl para encontrarnos en ...
... un hotel en Escobar, el Hotel de la Flor, un Viernes a la noche mientras mi marido estaba afuera. M, una de mis amigas, me cubrió con la mentira de ir a la casa de su hijo en Cardales. Salí de mi sesión de terapia, mi psicóloga me apoyó en lo que estaba haciendo, y manejé hasta Escobar, aclaro que nunca me gustó manejar en ruta y menos en hora pico. Llegué al hotel, nos encontramos y cenamos algo liviano, después fui a mi habitación a prepararme. Me di una ducha calentita, relajante, y me perfumé con Carolina Herrera tradicional, mi favorito, que me trajo mi marido a la vuelta de uno de sus viajes. Me puse un camisón sexy de color blanco que el cornudo me había regalado para nuestro último aniversario, sin ropa interior, y me recosté para esperar a mi amante. Golpeó la puerta, trajo una botella de champagne para brindar, todo un detalle. Tomamos una copa y las dejó sobre un mueble, me abrazó y me besó. Sentí su lengua jugando con la mía, respondí a su beso. Fue bajando por mi cuello, hombro, me bajó un bretel y suavemente me acarició una teta, después empezó a besar mi pezón, que ya se había endurecido, mientras con su mano acarició mis muslos bajo el cortísimo camisón hasta que llegó a mi concha, ya completamente mojada. Sus dedos se deslizaron fácilmente adentro mío, me temblaron las piernas. Se desnudó rápidamente, su verga era mucho más grande que la del cornudo. Me sacó el camisón, se arrodilló y pasó la lengua por mi concha totalmente depilada, me senté en la cama y ...