La mama cachonda
Fecha: 22/10/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... aquella llamada se encontraba la dulce voz de aquella mama, ni que me estuviese proponiéndome vernos pues se sentía extrañada por la carta pero a su vez halagada de que alguien a quien ella no conocía se interesase por ella.
Tras varios días y mas llamadas que poco a poco fueron subiendo de tono quedamos en un lugar realmente tranquilo algo separado del pueblo para que nadie pudiera molestarnos. El día señalado acudí al lugar nervioso pero muy contento, no sabia lo que saldría de aquella cita, pero yo iba a hacer todo lo posible para que mi fantasía se cumpliera. Nunca podré olvidar aquella tarde, estaba radiante, con sus ajustadisimos pantalones vaqueros y una camiseta que moldeaba su figura y sus hermosas y redondeadas tetas que estaban muy tiesas.
Comenzamos a hablar tranquilamente. En un principio la conversación estaba resultando un tanto distante y fría. Ambos habíamos acudido a la cita un tanto asustados de lo que de allí podía surgir. Le conté lo que sentía y ella me contó lo que le había parecido todo esto. Me dijo que se sentía halagada de que todavía fuera atractiva para los jóvenes y que amaba a su marido aunque últimamente no se sentía satisfecha pues su marido no cumplía como tal. Fue entonces cuando le comente que estaba dispuesto a suplir esa carencia y si a ella nunca se le había pasado por la cabeza mantener una relación fuera del matrimonio. Ante la contestación de que alguna que otra vez ha sentido el deseo de probar, la agarre de la mano y acerque ...
... mi boca a la suya para besarla. Ella no rechazo la invitación, cerro los ojos y recibió a mi boca y a mi lengua que se fundió con la suya.
Mientras la comía a besos una de mis manos se dirigió a aquel trasero que tantas veces había admirado desde la ventana, mientras que la otra opto por comenzar a masajear sus senos. Tenia entre mis manos a la mujer que mas había deseado últimamente y mi pene no podía esperar, apretaba con fuerza mi pantalón y comenzaba a dolerme. Estaba ansioso, sabia que tenia que ir despacio, sin forzarla pues podía encontrarme con alguna reacción que no deseara. Pero el tiempo apremiaba y comenzaba a perder la calma, la deseaba tanto que no podía dejarla marchar sin llegar al final, deseaba follarla sin perder mas tiempo.
Mis manos se dirigieron a los botones de su camisa para soltar todos los botones uno por uno mientras mi lengua se introducía en su boca para anudarse con la suya. Una vez desabrochados todos, el turno fue para sus pantalones, a menos botones menos tiempo para dejarla en ropa interior. Aquel trasero que tanto había deseado, lo tenia únicamente cubierto por una braguita de encajes, por una braguita que mis dedos serian los que se la sacaban dulcemente. Por otro lado también me causaron una buena impresión aquella tetas que a pesar de haber tenido dos hijos seguían estando firmes y bien tiesas.
Mi ropa no causo tantos problemas. Para cuando se pudo dar cuenta estaba desnudo detrás de ella, le había bajado las braguitas lo justo ...