1. Mi profesor me convirtió en su esclava (III)


    Fecha: 28/12/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: karen69, Fuente: CuentoRelatos

    ... tenía mis sentimientos encontrados. Lo amaba y lo odiaba.
    
    -¿Estas molesta? –me pregunto.
    
    -¿Qué si estoy molesta? ¡Eres un imb…! –no me dio tiempo de terminar la frase, ya que me metió el güebo en la boca, y yo, dejándome llevar por mis bajos instintos, se lo comencé a mamar con un inmenso gusto. Y no me detuve hasta que se corrió en mi boca, tragándome toda su deliciosa leche, haciéndome sentir plena del todo nuevamente, lo mismo que sentí cuando me desvirgo el culo y acabo en él la noche anterior. Me quede callada luego de esto.
    
    Martin procedió a desatar todas las cuerdas que me aprisionaban, comenzando por las piernas, no sin antes quitarme la pinza del clítoris, las trampas de ratones, y el vibrador. Luego de desatar mis piernas, las cuales me dolieron un montón al estirarlas nuevamente, me saco el rotulador del culo. Siguió cortando los hilos de nailon que ataban mis uñas, liberando mis brazos, que también me dolieron bastante al flexionarlos. Por último desato mis tetas y mi torso, doliéndome muchísimo las primeras al notar la sangre fluir nuevamente por ellas. También me quito el collar. Me ayudo a ir a la planta baja, y me dio mi ropa, con la que había venido el día anterior.
    
    -Póntela y lárgate de aquí. –me dijo, con un tono serio, y de molestia.
    
    -Pero… -hice ademan de decirle, toda confundida.
    
    -Shhhh, cállate Karen. Lárgate de aquí. Eres libre. ¿No es lo que querías? Ya sabes lo que ocurrirá si llegas a abrir el pico. –me dijo.
    
    -Pero ya va, yo… ...
    ... -volví a decir, sin saber realmente que era lo que yo quería decir.
    
    -¡Te dije que te calles! ¡No quiero oírte, fuera de mi casa! –me ordeno, usando un tono bastante autoritario y fuerte, que me hizo estremecer al máximo. Me vestí y me fui.
    
    Era sábado. Fui directamente a mi casa. Durante todo el trayecto, desde la Castellana hasta el kilómetro 18 de la carretera del Junquito, que es donde vivo, las imágenes de todo lo ocurrido allí se mantuvieron rondando mi cabeza, manteniéndome excitada. No sabía muy bien que pensar. Yo quería que todo ese infierno terminara, y ya termino al parecer. Si es así, entonces ¿Por qué coño me sentía vacía? ¿Por qué coño cuando él me dio la ropa y me echo de la casa yo en el fondo no quería irme? De seguro era mi libido. Decidí calmarme, ya todo había terminado.
    
    Llegue a mi casa, salude a mi madre que estaba en la cocina, junto con mi padrastro. A él no lo salude, me caía realmente mal. Al comenzar la relación entre ellos, yo los saboteaba mucho, no quería ver a ese imbécil ni en pintura. A mis hermanas (tengo dos, Susana y Samanta) si les caía bien, pero yo simplemente no lo pasaba.
    
    En fin, subí a mi habitación, y me desnude del todo. Me vi en el espejo, aún tenía la frase rotulada en mi estómago. Y las marcas de las cuerdas aún se dejaban ver ligeramente. De nuevo me vinieron los recuerdos de la noche anterior. Y entre esos recuerdos, no pude evitar hacerme un delicioso pajazo. Tuve un fuerte orgasmo a los pocos minutos allí, frente al ...
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