1. Mi profesor me convirtió en su esclava (III)


    Fecha: 28/12/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: karen69, Fuente: CuentoRelatos

    ... una especie de plataforma pequeña no muy alta, sobre la cual había un tubo delgado en el centro apuntando hacia arriba, y detrás de dicha plataforma otro tubo paralelo pero mucho más grueso y alto. Me coloco con las piernas abiertas sobre el tubo corto y delgado, del centro. –No te muevas tetas. –me ordeno, para luego entrar de nuevo a la casa.
    
    Salió a los pocos minutos, con otro tubo que en una de las puntas tenía una extraña forma. Parecían bolas de metal pegadas una a la otra, siendo la bola de la base más gruesa que la de la punta, estaban dispuestas en orden de tamaño. Ajusto este artilugio en el tubo que tenía entre mis piernas, clavándome la punta en la cuca. Ahora estaba sostenida no solo por la punta de mis pies, sino también por ese tubo metido en mi cuca. Debo admitir que estaba tan excitada y mojada que el extraño consolador entro sin ningún tipo de problemas.
    
    Acto seguido me coloco la máscara, impidiéndome la visión y en gran parte la respiración, ya que tenía solo dos agujeros en mi nariz para poder respirar bien. La ajusto bastante en mi cuello. Por último escuche unos extraños metales chocando, y sentí que me sujetaba el cuello a algo. A la final me di cuenta que estaba sostenida ahora también por mi cuello, no me podía mover del sitio para nada. Luego todo fue tranquilidad y quietud, sintiendo como la brisa de la noche acariciaba mi cuerpo indefenso. No sé cuánto dure allí, pero puedo decir que fueron pocos minutos, en los cuales sentía además esa ...
    ... sensación fría en el estómago, como cuando vas a una cita importante o algo así. Una cierta emoción, nervios, mezclados con excitación.
    
    -Vas a aprender cuál es tu sitio. –oí su voz, aunque un poco lejos, por la máscara. –Aprenderás a comportarte como a mí me da la gana tetas. –Al decirme esto, sentí que algo bastante delgado se estrellaba en mi abdomen, haciéndome sentir un ardor fuerte. Luego sentí otros dos, en la misma zona. Parecían latigazos. Luego sentí uno realmente fuerte que me cruzo las tetas de costado a costado y que me arranco un fuerte grito ahogado a duras penas por la máscara. A ese le siguieron unos 5 más, igual de fuertes, que cruzaron mis tetas de la misma manera, uno a poca distancia del otro. No podía reprimir mis gritos.
    
    En ese momento hizo una pausa, para acercarse a mí. Lo sé porque me tomo los pezones con sus manos, acariciándolos suavemente. –¿Sabes cuál es tu lugar tetas? –oí.
    
    -Si… lo… lo sé… Amo… -le conteste con voz llorosa. La verdad se me salieron las lágrimas por esos azotes.
    
    -¿Segura perrita? –me pregunto, para luego oler su aliento por los orificios de la máscara, y sentir como con su boca hacia como si besara mi nariz.
    
    -Siii… amo… sé cuál es mi lugar… -le respondí con voz de llanto aun.
    
    -Yo creo que no lo sabes aun…-Me dijo, retorciéndome fuertemente los pezones y haciéndome pegar un fuerte chillido. Luego me soltó, y a los pocos segundos sentí una lluvia de azotes, fueron unos 25 más que cruzaron distintas partes de mi cuerpo. ...
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