1. Un domingo juntos


    Fecha: 30/12/2020, Categorías: Erotismo y amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... espalda de su compañero- no hagas eso – gimió clavando sus dientes con suavidad en el hombro de él.
    
    No pudo controlar el gemido que salió de su garganta cuando él bajo besando suavemente por su cuello hasta llegar a su garganta. La sensación la recorría hasta llegar a hacer cosquillas entre sus piernas, tiro su cabeza hacia atrás para dejar a su amante trabajar y amortiguar un poco las ganas de gemir en un tono mas alto de lo permitido, pues los vecinos podían escucharlos.
    
    Luego que él se tomó su tiempo besando lo poco que la remera dejaba a la vista, volvió a poner su atención en su boca.
    
    Para ella la sensación de los labios de él sobre los suyos la transportaba a otro mundo, la suavidad y la delicadeza con la que él la besaba en ese momento la hizo sentirse única, amada y muy excitada.
    
    Sintió la necesidad de besarla, quería sentir sus labios con desesperación. Estaba disfrutando cuando sintió como la cadera de ella se presionaban contra la suya, en busca de su excitación, haciendo que exhalara el aire en sus pulmones.
    
    Bajo con sus manos hasta llegar a la espalda baja de su amada y metió sus manos por bajo la remera, subió presionando sus dedos en la piel de ella hasta sus pechos. Allí, su boca, se dio a la tarea de jugar, morder y besar, dulcemente cada pecho. Sus manos no dejaban de juguetear, de recorrerla. Quería recorrerla toda, besarla entera.
    
    Solo podía retorcer su cuerpo, gemir en vos baja y enredar sus manos en el cabello de él. Su cabeza estaba ...
    ... enterrada con fuerza en la almohada y su respiración estaba agitada cuando él se detuvo para quitar la remera de su cuerpo. Luego se volvió a acomodar sobre ella y a besarla un poco mas, mientras su cadera hacía pequeños movimientos que provocaban que sintiera su erección y la hacían desear que la ropa interior desapareciese.
    
    Ese pequeño rose que se provocaba entre los dos, entre sus caderas, era placentero e hipnótico. A medida que sentía la necesidad de presionarse mas fuerte contra ella, sus besos también tomaban una intensidad diferente. Bajo con sus manos hasta ponerlas bajo el trasero de ella y así se ayudó para presionarla un poco mas fuerte.
    
    Un escalofrió de placer lo hizo dar un gemido ronco y se detuvo para observarla. Ella estaba agitada, su cabello había empezado a enredarse sobre la almohada, pero no dejaba de ser hermosa.
    
    - Que haces? Por qué te detienes? – pregunto ella, intentando ocultar el deseo en su vos
    
    - Solo te observaba – dijo antes de volver a besarla, con desespero y necesidad.
    
    Ese maldito movimiento de caderas la estaba volviendo loca, era un simple rose entre sus piernas pero la estaba haciendo desearlo cada vez más. Ellos habían tenido relaciones varias veces ya, pero esta vez era diferente, él la estaba haciendo desear y al mismo tiempo disfrutar.
    
    Minutos después de roses y gemidos sintió como el cuerpo de él se despegaba del de ella para quedar sentado justo entre sus piernas.
    
    La visión de ella agitada, su pecho subiendo y ...