1. Arrepentidos los quiere Dios


    Fecha: 31/12/2020, Categorías: Confesiones Autor: febarsal, Fuente: RelatosEróticos

    ... empleado otros nombres menos significativos, como por ejemplo: casa de tolerancia, serrallo, casa de citas, casa de lenocinio, casa de trato, casa pública, prostíbulo o burdel; pero sería intentar disfrazar lo que por mucho que se intente disimular, siempre será lo que es: una Casa de Putas.
    
    Por ella han concurrido miles de hombres de todas las edades y personalidades: el político, el estudiante, el catedrático y el militar; ya que desde su apertura, ha atravesado por múltiples apariencias debido a las circunstancias política sociales de cada momento.
    
    También podría escribir un libro de mil páginas narrando todas las anécdotas, ocurrencias, eventos y peripecias allí acaecidas; pero me voy a limitar a narrar aquellas vivencias que bien personalmente o mis chicas, fueron testigos directos de las mismas; y el resto, a contarles las aventuras y avatares en los que me vi implicada.
    
    Inicié mi actividad en el año 1960; tenía a la sazón veinte años. Mi País estaba regido por una Dictadura; ya que había salido de una guerra fraticida por culpa de las ideas políticas y religiosas. Y ya se sabe, el triunfador, impone las suyas a la fuerza.
    
    La sociedad imperante era machista, y exclusivamente entendía de dos tipos de mujeres: decentes o putas. Pero la gran paradoja, es que las decentes estaban socialmente más "puteadas" que las prostitutas.
    
    Seguro que se preguntarán los motivos de algo que parece incongruente, pero es que aquella sociedad, era la incongruencia ...
    ... propia.
    
    La mujer decente era la que defendía los valores que dictabala Santa Madre Iglesia: llegar virgen al matrimonio, ser fiel y sumisa esposa, e ir a misa todos los domingos y fiestas de guardar.
    
    Y las casadas, quedarse preñadas todos los años, ya que la venta de anticonceptivos estaba muy controlada; además de ser pecado mortal su utilización para evitar los embarazos.
    
    A las decentes solteras que les dejaba el novio abandonadas y fecundadas, si eran pobres se convertían en la vergüenza de la familia, y eran repudiadas. Pero si eran ricas, hacían "un viaje de turismo al extranjero", y por arte de birlibirloque volvían "desembarazadas".
    
    Las familias numerosas eran premiadas por aquel Régimen, y las consideraban ejemplos de madres abnegadas dignas de los mayores elogios las que rebasaban la docena de hijos. Por eso no es de extrañar, que el peor insulto que se le podía hacer a un hijo, era llamarle "hijo o hija de puta".Y el que se atrevía a llamárselo a otro, seguro que el final eran los juzgados o las Casas de Socorro. La madre era lo más sagrado del mundo, ¡Y pobre del que se atreviera a mancillar su honor!
    
    Sin embargo nosotras, las putas, no teníamos los "privilegios de las decentes". Podíamos vestir pantalones, fumar y beber alcohol, y nos pintábamos el rostro con todo tipo de perfiles. Alternábamos en clubes, y cruzarnos de piernas para que se nos vieran las bragas.
    
    Las Casas de Citas, durante un tiempo estuvieron toleradas por el Régimen, pero con severísimos ...
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