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CON PERSEO EN ALTAMAR
Fecha: 03/01/2021, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... descansa a su lado para poder recibirla y así fue, tú ahora te llamaras: “Άρμα των Θεών”, fue lo que pronunció el Jefe; que en griego significa: “Carruaje de los Dioses” y ese sería desde ese momento el nombre del joven que sería poseído por Perseo. Nada más oportuno para que en su interior Perseo depositara su semilla sagrada y protectora de los habitantes de la isla Perseo al solo sentir la piel tersa y perfumada de su acompañante obtuvo la mayor de sus erecciones, aquel chaval comenzó besando y lamiendo cada uno de los pies de Perseo y esta caricia nunca experimentada por Perseo se incrementó cuando los dedos eran succionados por aquella sabrosa y cálida boca que hacía un dulce de ellos al paladearlos, succionarlos y lamerlos a la vez. Todos los demás estaban presentes en el acto sexual, todos estaban alrededor de aquel lecho de amor. Sus amigos: Su hermano, su primo y su amigo; fueron agasajados por igual, sus cuerpos eran adorados como si del mismo Perseo se tratase, a Perseo comenzó el chaval a subir por sus piernas, acariciando sus exteriores para que su lengua fuera marcando el interior hasta llegar al perineo, sus piernas fueron elevadas por dos más y su culito fue expuesto a la hábil lengua de aquel aldeano que sabía amar como si fuera un Dios Griego. El cuerpo de Perseo comenzó a sentir como su ano era tocado por primera vez por alguien y como esa lengua raspaba en la entrada de su culito haciéndolo retorcerse de puro gozo, era una sensación nueva, algo nunca ...
... experimentado; las manos de aquel muchacho eran una delicia, se sentía como unos guantes de seda que le producían una sensación de máximo placer a medida recorrían todas las partes de su cuerpo, sus huevos eran succionados por aquella boca y sus tetillas pellizcadas por sus dedos, de repente sentía como su cuerpo era girado y con la lengua que nunca se separaba de su piel, desde la bolsa escrotal fue pasando por el perineo y la raja de su culo, para seguir subiendo por su espalda, no supo a que hora su pierna fue levantada para lograr tal maniobra; pero era como flotar, la lengua del muchacho se entretuvo en sus nalgas, tomando cada glúteo con sus manos, amasándolos, besándolos, succionándolos y mordiéndolos con sumo cariño y cuidado, lo suficientemente fuerte y firme como para hacerle sentir que por todo su cuerpo eran emitidas sensaciones iguales a corriente que era transportada por líneas irregulares parecidos a los rayos del Rey Zeus y estos llegaban a su cerebro brindándole el máximo éxtasis jamás conocido por hombre alguno. Su cuerpo era adorado cual Dios Griego que era, todos sus sentidos eran llevados al más alto nivel para poder sentir hasta la más mínima caricia o respiro que era emitida sobre su piel sin importar el punto que fuera; podía ser un leve soplido en la entrada de su culito ó un ligero lametón en el dedo gordo del pié. Perseo estaba embelesado de tanta caricia recibida y eso que no había disfrutado de lo sabroso que sería estar dentro de la anatomía de su ...