1. Mis vecinas


    Fecha: 23/10/2017, Categorías: Incesto Autor: goose969, Fuente: CuentoRelatos

    Después de dejar mi trabajo en la fábrica me asenté bastante en el tema mujeres y estuve por casi 2 años bastante tranquilo, saliendo con Silvia y viendo muy de vez en cuando a Nora y María.
    
    Pasado este tiempo Silvia decide irse del país a probar suerte y tratar de mejorar su futuro por lo que vuelvo a quedar solterito, pero con buenas amistades… Me centré en mi trabajo que era la distribución de productos alimenticios más precisamente panificados hasta que un día llega a visitarme Marcelo para contarme algo muy interesante:
    
    —La semana pasada vi a una de tus vecinas, a Sandra, en el centro y paré a hablarle. Me sacó al toque que era amigo tuyo y le ofrecí alcanzarla a la casa y me aceptó. Cuando veníamos por el Prado paré un poco para decirle que me gustaba mucho y que quería llegar a algo con ella. Estuvimos charlando, nos besamos, le amasijé las tetasas y terminó chupándome la pija para tomarse la leche. Podés creer que justo ahí me llama mi mujer y tuve que atender y quedé regalado con tu vecina que se enojó mal, ya que pensó que yo era soltero y me mandó a ya sabés donde.
    
    —Pará boludo, ahora la mina se la va a agarrar conmigo, no podés meterte con una vecina, te pasaste de la raya.
    
    —Ya se, quería contarte antes que ella pudiera decirte algo, si eso pasa dejame mal, ya que me fui de mambo.
    
    A los pocos días me cruzo con mi otra vecina, Patricia que iba corriendo a la parada del ómnibus, y le grité que se subiera a la camioneta que la llevaba. Lo dudó un ...
    ... instante, pero se subió agradecida por el gesto. Cuando la dejé en la parada me volvió a agradecer y le dije que me gustaría verla nuevamente pero no como su chofer, y me dio su número de celular, que la llamara en horario de oficina ya que sus viejos eran algo celosos. Nos despedimos con un beso y se fue.
    
    Dejé pasar un par de días y la llamé una tarde a lo que me dijo que pensaba que no la llamaría, y quedamos que la pasaría a buscar a su trabajo esa misma tarde. Cuando volvíamos hacia nuestro barrio me dijo que no quería que sus padres nos vieran juntos por lo que también me detuve en el Prado como mi amigo con su amiga, y charlamos algo y me preguntó si yo era casado como mi amigo que había engañado a su amiga, y le aclaré que yo era totalmente libre, para terminar a los besos y llevarla hasta su casa o mejor dicho a una cuadra de la misma para que llegara caminando sin levantar sospechas.
    
    Al próximo sábado arregló con mi otra vecina como que iban a salir juntas y nos encontramos cerca de casa para ir a tomar algo y luego terminar en mi apartamento cogiendo de todas las maneras que se les puedan imaginar, no hacía asco a nada, todo le gustaba, era difícil seguirle el ritmo, yo andaba por los 33 años y ella tenía 21 y se notaba, pero le gustaba estar con hombres mayores por lo visto. Seguimos así un tiempo, pero a mí no me cerraba tanto secreto para con todo el mundo y no me aclaraba las cosas por lo que ya no la estaba tomando muy en serio y volví a encontrarme con Nora ...
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