El cachorro
Fecha: 24/10/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... azules.
En aquel instante tuve el impulso de besarlo y de follarlo allí mismo. Mi polla ardía dentro de mi calzoncillo, me llevé la mano a la bragueta y le dije si quería que fuésemos a algún sitio.
El asintió, pero me dijo que antes tendría que despedirse de sus colegas. Me dijo que le esperara en la puerta de salida. Se dio la vuelta y se alejó. Salí de la tienda, y bajé por las escaleras, mirando hacia atrás de vez en cuando, deseando que apareciera.
Encendí un cigarrillo y me dio tiempo a fumarlo antes de que el cachorro llegase. Le pregunté qué es lo que había dicho a sus amigos y me dijo que nada, que ya estaba todo arreglado. Le dije que tenía mi casa a pocos metros, en un par de minutos estaríamos allí.
Él me dijo que si no me importaba que le comprara un helado. Le dije que no, le di una moneda de 500 pesetas y salió corriendo a comprárselo. Cuando regreso venía chupándolo, y me devolvió el cambio. Le dije que se lo quedara. Él me dio las gracias asintiendo con la cabeza.
Salimos a la calle. Seguía haciendo un calor espantoso. Le dije que no tardara en comerse el helado o se le derretiría.
Llegamos a casa. Vivo en un primer piso, subimos varios escalones y abrí la puerta. Entramos. Todavía no se había terminado de comer el helado.
Le pregunté si había hecho esto antes y me dijo que sí, una vez, con otro chico, que lo pasó bien, y que además se sacó unas pelas que necesitaba para comprarse una consola de video-juegos. En ese mismo instante pegué ...
... mi cuerpo contra el suyo, le quité el helado de la mano y lo deje encima de la mesa de la sala.
Puse mis manos alrededor de su nuca y le besé los labios. Introduje la lengua en su boca saboreando el chocolate que tenía en los dientes, lamiendo su paladar y sus encías, raspándome la lengua con sus dientes. Le tumbé en la alfombra y me eché encima del cachorro. Le seguí besando, aspirando el aire de su boca y depositando mi saliva en ella. Le besé el azul de sus ojos en introduje mi lengua en su nariz, chupando sus agujeros húmedos. Mi polla estaba tan dura que parecía poder quebrarse como una barra de hielo. Le lamí las orejas, echándole saliva en ellas, y soplando después, lo que provocó que soltara un gemido.
Me levanté y me senté en el sofá, me quité toda la ropa, lo más rápido que pude, mientras el cachorro permanecía tumbado sobre la alfombra con los ojos cerrados. Me senté sobre sus muslos y le fui quitando la camiseta, él se incorporó un poco.
Su pecho desnudo sin vello, sus tetillas sonrosadas y su ombligo hundido me hicieron cerrar los ojos y sumergirme en su cuerpo.
Le lamí el cuello y acerqué mi nariz aspirando su aroma. Bajé hasta su pecho y le lamí los pezones, chupándolos. El cachorro posó sus manos sobre mi cabeza. Noté cómo se le erectaban los pezones y dejé toda la saliva allí. Descendí lamiendo y oliendo su pecho y su abdomen, hasta su ombligo, donde me recreé depositando un poco de saliva en él. Después puse la punta de mi capullo en el interior ...