1. Una tarde haciéndome pasar como profesional del sexo -2-


    Fecha: 20/01/2021, Categorías: Masturbación Autor: SANDY C, Fuente: CuentoRelatos

    Ya el taxista se había dado cuenta que no tenía panty.
    
    Me dijo a través del retrovisor:
    
    —Ya preciosa, ve y pregunta por el cliente, él se debe presentar en la puerta para cancelarme, ya tú cobras en la “casa”, es por tu seguridad, la regla es para todas las chicas.
    
    Mientras me deslizo sacando mi primera pierna del auto, se me abre más la culi−falda subiéndose también.
    
    El taxista comentó:
    
    —Tienes un lindo chochito, linda rajita.
    
    No le dije nada y entré a las residencias, por la primera puerta abierta, a timbrar en la segunda. Me sentí desnuda.
    
    Abrieron y pregunté por el cliente. Este se asomó, me miró de arriba−abajo, le dije:
    
    —Usted pidió un servicio a domicilio.
    
    —Espere, yo pedí 2 a escoger.
    
    En esas entró detrás de mí otra mujer también en culi−falda, de la misma edad quizás o tal vez mayor, pero un poco robusta, es decir más gruesa de muslos y sin querer discriminar, se notaba ser ella una profesional.
    
    Me mostré sorprendida y un tanto molesta. Entró el taxista, le pregunté y este agregó:
    
    —Eh, si, doña Rosa envió 2 chicas a escoger, me lo acaba de informar, preguntando si ya estaban las 2 chicas presentándose ante el cliente.
    
    El cliente se quedó mirándonos, comparándonos. La otra mujer se mostró coqueta, sonriendo, mientras que yo me sentí un tanto corrida. Las 2 teníamos la culi−falda a la misma altura, en la curvatura donde termina el muslo y empieza la zona pélvica; zona donde más se le ven a una mujer gruesos los muslos.
    
    La ...
    ... administradora de las residencias nos observaba con curiosidad.
    
    El cliente se nos acercó aún más a ambas y mirando a la otra chica, mandó su mano abierta por debajo de mi culi−falda, de atrás hacia adelante, rozándome muy bien mis labios genitales desnudos. Debí de sentirme muy molesta, pero, por el contrario, eso me excitó.
    
    Entendí que es parte del oficio y, por ende, de la fantasía que yo estaba llevando a cabo.
    
    Mirándola a ella, le dijo al taxista:
    
    —Me quedo con ella —refiriéndose a mí.
    
    —Me cancela entonces, por favor. Son….
    
    —Incluyendo habitación, mamadita y todo —indagó el cliente.
    
    —Eh, si señor —dijo el taxista.
    
    El señor, un hombre de unos 55 años, gordito, de bigote, sacó el dinero y delante de la administradora le entregó el dinero correspondiente a mi servicio.
    
    La otra chica fue saliendo para irse. Algo le dijo al taxista si tendría ella que ir a la sede o si se iba con él.
    
    La administradora nos llevó a la habitación, una del mismo primer piso, al fondo, nos preguntó si tomaríamos algo. Al cerrar la puerta, el cliente de nuevo mandó su mano debajo a tocarme el coño y destaparme las tetas. Me extrajo una y con furor, me la manoseo a un ritmo, que despertó más mi ansiedad por sentirme prostituta.
    
    Introdujo uno por uno, 2 de sus dedos en mi vagina que ya estaba inundada por mis jugos.
    
    Le envié mi mano a su pantalón, sintiendo su paquete, busqué extraerlo.
    
    Ya estaba un tanto baboso; así que, sin perder tiempo, lo empecé a lamer a lo ...
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