1. Una tarde haciéndome pasar como profesional del sexo -2-


    Fecha: 20/01/2021, Categorías: Masturbación Autor: SANDY C, Fuente: CuentoRelatos

    ... largo, para luego engullirlo en su totalidad, todo lo que pude.
    
    —Eres de garganta profunda, ¡eh puta!... uuuuyyyy, que riiiico!
    
    Sentí que elevó su mirada al decírmelo y volvió a mirar como engullía su falo erecto.
    
    Su líquido seminal lo sentía excitante entre mi boca y labios, confundiéndose con mi saliva.
    
    Un “Click” suave se escuchaba cada vez que se movía de adentro hacia afuera y viceversa.
    
    Terminó de desnudarme, mis tetas quedaron libres, mi coño con escasos vellos en forma vertical, en hilo, se abrió sin demora dando paso a su gruesa y dura polla que yo deseaba tenerla dentro hasta sentir su eyaculación, obviamente, colocándole el preservativo con mi boca, corriéndole el forro con mis dedos, el glande ya entre mis labios.
    
    Atravesada en la cama, me elevó mis muslos y en un ritmo de entre y saca, fui sintiendo sus contracciones que me llevaron al orgasmo, no sólo por sus movimientos varoniles, sino por el hecho de consumir mi fantasía de sentirme una completa prostituta.
    
    Terminadas sus contracciones, siguió sus movimientos hasta que poco a poco fue perdiendo su erección. Mirando hacia mi coño, vi como el condón, estaba lleno de su esperma blanca al contorno de su pene, dentro del preservativo.
    
    Habiendo culminado mi servicio, le acaricié su pecho estando yo debajo de él.
    
    Vi como sacó su pene flácido y creyendo que lo tiraría a ...
    ... la cesta de basura, lo regó sobre mi vientre.
    
    Aunque debí de haberme molestado, sentí su esperma cálida que la esparcía con su pene sobre toda mi área pélvica hasta mi ombligo y algo más.
    
    Terminó en secar y sentí una película pastosa que se impregnaba.
    
    Medio se bañó el falo en le lavamanos, yo me duché, me juagué la boca, me vestí con el pantalón, tal como había llegado a donde doña Rosa y salí de aquellas residencias rumbo a casa.
    
    Allí me esperaba mi esposo que jugaba en la sala con la niña.
    
    Me sentí como si se fuesen a dar cuenta, aunque actué con naturalidad, temí que mis nervios me traicionarían.
    
    Aún sentía el sabor del líquido seminal en mi boca.
    
    A los 2 días, pasé a cobrar lo de mi servicio, para así culminar con mi fantasía de “SEXO POR DINERO”.
    
    Doña Rosa, tal cual era, de temperamento fuerte, calculadora y fría, se me quedó mirando antes de entregarme el dinero que ya lo tenía entre sus dedos, diciéndome:
    
    —“Karen”, han quedado con sus servicios… (Temí un regaño de decepción) … totalmente satisfecho el cliente, de manera que ya le tengo asignado otro servicio para media noche.
    
    Suspiré. No porque me fuese imposible, no. Sino porque ese era mi otro deseo alocado por hacer, de tener sexo en horas de la media noche con un extraño. El tener que volármele a mi esposo, sin que se diese cuenta, me parecía muy sexy y lujurioso. 
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