1. Una madre insatisfecha


    Fecha: 21/01/2021, Categorías: Gays Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos

    ... penetración.
    
    Empecé a jugar con su chochito y lamerlo. Mientras con mi pulgar hacía círculos alrededor de su clítoris.
    
    —¡Ah! ¡Sí! Nunca me habías hecho esto. ¡Qué rico!
    
    Mi madre se corrió arrojando todos los jugos sobre mi boca. Sus piernas temblaban.
    
    —¡Ahhh! ¡Nunca me había venido de esa manera!
    
    Es el momento donde reacciona y se da cuenta que no soy mi padre. Se quita la venda de los ojos y me queda mirando asustada.
    
    Le digo:
    
    —Mami, papá se fue de viaje por dos días. Te amo tanto (sin dejar de besar su cuerpo) y si él no te complace yo lo haré. ¡Te amo tanto, mamita linda!
    
    En ese momento sus pensamientos eran erráticos. Más tarde me los confesó: ¡Pobre mi niño! De haberlo sabido… ¡No sabría qué habría hecho! Mi moral y mi deseo hubieran entrado en conflicto. No sabría cuál hubiera ganado. El morbo de estar con su propio hijo la excitaba más y su vagina era una cascada en ebullición.
    
    —Sigue mi amor.
    
    Su corrida se hizo más intensa. Yo creí que fue porque lo estaba haciendo bien, pero era por la entrega de amor y la pasión por lo prohibido.
    
    Mi madre me bajó el pantalón y se quedó mirando mi pene por un momento.
    
    Mi madre aceleró su respiración y sus gemidos se hicieron más audibles.
    
    Iba a penetrar a la mujer que amaba, iba a perder mi virginidad con mi madre. Estuve nervioso por mi primera vez sobretodo porque no sabía si la complacería, si mi pene era lo suficientemente grande.
    
    Le abrí las piernas, pude ver su vagina totalmente ...
    ... peluda. Eso me gusta mucho. Lentamente empecé con el mete-saca haciendo círculos y con mis dedos sobaba su vagina y tetas. Era mi primera vez, pero había soñado con el momento tantas veces y visto en películas porno.
    
    —¿Te gusta, mami?
    
    —¡Sí! ¡Tu pene es mejor que el de tu padre! ¡Sigue bebé! ¡No pares, cariño!
    
    Continué con mis arremetidas mientras lamía y sobaba sus tetas.
    
    —¡Oh! Mamita, bella. Tu piel es tan suave. Tan perfecta.
    
    —Mamá es toda para ti, para que hagas lo que quieras. Soy tuya, mi cielo.
    
    Ya no pude más y me corrí dentro de ella. Agitado, tratando de recuperar el aliento me eché a su lado.
    
    Mi madre se acurrucó en mi pecho y empezó a hacer círculos con los vellos de mi pecho mientras susurraba palabras dulces al oído. Lamí sus tetas haciendo círculos con mi lengua en sus aureolas, mientras sobaba su coño peludo.
    
    Acaricié su coño alrededor de sus labios vaginales, tocando sus fluidos y mi semen que salía por debajo.
    
    Coloqué a mi madre de costado y empecé de nuevo, en posición cuchara.
    
    —¡Ya mi amor! No tienes que esforzarte tanto.
    
    —Quiero satisfacerte mami, quiero que te corras y que pienses en mí al follar.
    
    Acaricié los pelos de chocho y estómago. Cogiéndola de las nalgas mientras le besaba el cuello y le susurraba cosas a sus oídos.
    
    Esa noche dormí con mi madre. A la mañana siguiente se despertó con culpa y no quiso que la tocara.
    
    —Hijo, por favor. ¡Olvídalo! Trata de pensar que esto no pasó. Soy una mujer casada. Soy tu ...